La matemática bella de Sebastián

Matemática pura. Matemática bella. Números, teoremas, materializados en piezas de hierro que suben al cielo, que se retuercen sinuosas, que se ondulan interrogantes, que nos cuestionan. La belleza de la armonía numérica. Desde la divina proporción a los códigos "sebastianos", bautiza Enrique Carvajal, más conocido como Sebastián, el escultor mexicano que estos días viste Cádiz con el resultado de sus cálculos en forma de arte.

Pelo cano, tez morena, manos abiertas, amables, que invitan a la conversación. El reconocido escultor nos descubre su universo creativo desde el piso superior de un autobús turístico. Desde el colorado transporte oteamos todo un horizonte de esculturas monumentales, su especialidad. Desde el Paseo Marítimo, las Puertas de Tierra, el espacio Entre Catedrales, el paseo de La Caleta. Hasta llegar al Castillo de Santa Catalina.

"Estas obras parten de un mestizaje entre mis propios cálculos y la perspectiva áurea clásica", comenta el artista que desmitifica la "frialdad" de la geometría a la que considera "sagrada" y "divina" a través de unos trabajos que "persiguen la armonía y el equilibrio matemático" para conseguir "la belleza", explica.

No en vano, las cincuenta y cinco piezas que se exhiben en Cádiz -ocho de ellas se ven por primera vez en España- están recogidas bajo el título La matemática sensible de Sebastián. Una exposición que viste de colores "muy mexicanos". Esculturas monocromáticas en rojo, amarillo, azul, blanco... "Es una manera de poner en valor el volumen", argumenta el creador que de los colores "puros" y con una saturación "muy especial".

El emblema La Fanfarria, que se erige junto a la Gades, las peculiares espirales integradas en Entre Catedrales (una de las actuaciones que mejor funciona), la amarilla Pareja monumental frente a las Puertas de Tierra, la abstracción de Mictlantecuhtli, el dios de la de la muerte , colocada a la entrada de Santa Catalina, las abstracciones formales del Patio de Armas, el Vía crucis con el Cristo negro en el interior de las salas... Sí. La matemática de Sebastián es bella.