Cádiz

A pleno grito

  • Populares y socialistas protagonizan una sesión vergonzosa que acaba con Teófila Martínez y Rafael Román en una agria discusión y con petición mutua de dimisiones

Los concejales de la Corporación municipal bien podrían tomar ejemplo de los niños que celebraron el miércoles un pleno con motivo del aniversario de la Constitución de 1978. El de ayer estaba formado por adultos, pero bien parecían niños traviesos. Una moción presentada por Sebastián Terrada, de Izquierda Unida, acabó con una trifulca entre populares y socialistas, con Teófila Martínez (PP) y Rafael Román (PSOE) como protagonistas principales.

Una batalla que debería avergonzar a todos los que participaron en ella y que ha dejado heridas colaterales: peticiones de dimisiones mutuas del equipo de Gobierno hacia Román y de éste hacia Martínez. Rueda de prensa de los populares en la misma tarde con emisión del vídeo de los hechos y nota de prensa de Román y declaraciones del mismo de inmediato.

El punto en cuestión era el penúltimo del orden del día. El enunciado nada que pudiera pensar que podría acabar donde acabó: "que el Pleno del Ayuntamiento acuerde que en aquellas rehabilitaciones de viviendas se autoricen y le sean concedidas las licencias de obras, se realicen inspecciones periódicas por parte de la Delegación de Urbanismo para comprobar si existen inquilinos viviendo durante las obras en la vivienda y se compruebe la seguridad de los mismos".

Natalia Álvarez fue la que defendió los argumentos del PSOE en este punto. En ese momento Rafael Román y Federico Pérez Peralta se encontraban desde hacía hora y media en un acto en la Diputación. La intervención de Álvarez fue bastante dura y hubo un punto que sacó de las casillas a los populares. Acusó a muchos de los propietarios de las viviendas que tienen problemas en la ciudad de ser aves carroñeras y añadió que el equipo de Gobierno está muchas veces "de manera inconsciente" del lado de los dueños de las fincas.

La respuesta de Ignacio Romaní (PP) ya tuvo un tono de voz bastante elevado y acusó de "falta de vergüenza" a Álvarez, sobre la que insinuó que se había creado una plaza a dedo para ella en la Junta. Ya al final del debate del punto se reincorporaron Román y Pérez Peralta, al primero de los cuales le cuentan lo que había pasado.

La situación era un polvorín que estaba a punto de estallar, como así ocurrió. Cuando la alcaldesa decide cerrar el punto, algo que ocurre con frecuencia, la situación se desmadró totalmente.

Natalia Álvarez quiere pedir turno de palabra por alusiones personales o, al menos una rectificación pública por parte de Romaní. La alcaldesa no se lo permite en medio de una ida y venida de reproches de un lado al otro del salón plenario.

Román también intenta tomar la palabra y la alcaldesa tampoco se lo permite en virtud del reglamento. La situación empieza a descontrolarse. Martínez afirma que se le ha llamado aves carroñeras y que eso no lo va a permitir. Ya se forma el lío.

Además hace referencia a algo que ya había sonado varias veces en la sesión plenaria. Cuando Martínez cerraba los puntos, muchos de ellos con un tono elevado de voz, se escuchaba desde los bancos socialistas una especie de grito de guerra: "riau-riau", en clara referencia a la escapada de los toros por el rodaje de la película Knight & Day.

Teófila le ruega al portavoz socialista que no se tome a broma el asunto del que está hablando "y lo del riau-riau se lo deja para sus reuniones de partido".

Además, pide a sus concejales que no den pie "para que los señores que siempre están provocando para que este pleno acabe en desorden tengan razón para hacerlo".

Rafael Román saltó como un resorte y a pleno grito pidió a la alcaldesa que ejerciera sus funciones como presidenta del Pleno. En medio del despropósito, Martínez empieza a mandar a callar a todo el mundo, incluido a los de su partido y, en especial a Román: "Esto es la escuela". Ya en una discusión pueril, la presidenta del Pleno le replicó diciendo que entonces "el Parlamento es la escuela del señor Bono".

Sigue la trifulca. La alcaldesa se ve incapaz de volver a tomar el control de la situación, tanto que Román contesta con un "me da igual" cuando Teófila le llama al orden y le avisa que ya es la tercera vez que lo hace.

El portavoz socialista sigue insistiendo en tomar la palabra. "No me provoque señor Román, no me provoque que no tiene el uso de la palabra".

A los socialistas les pide el cuerpo irse del salón de plenos, pero Román lo impide: "¡A escuchar. Vamos a escuchar el mitin!", mientras cruza los brazos. La tregua no dura ni un segundo y empieza a anticipar el discurso de Teófila que presume que va a estar lleno de reproches hacia la Junta y el Gobierno central.

Vuelta a la carga. "Si sigue provocando, salga usted del salón de plenos. No me provoque", dice Teófila. A Román le da igual, dice claramente que no piensa irse. Los concejales del Partido Popular saltan como un resorte. Consideran que ha habido falta de respeto, aunque el respeto falta por todas las partes. La alcaldesa hace un último intento de volver a tomar las riendas, pero es estéril: "No me hagan tomar una decisión que podría tomar". Su autoridad y mano férrea en los plenos quedó ayer en entredicho.

Ante el cariz que había tomado la decisión, anuncia con la voz casi entrecortada que no va a hacer uso de su palabra, pide a los concejales del PP que no vuelvan a intervenir en ningún punto más y retira los dos puntos de urgencia que habían incluido en la sesión. La herida es insalvable. Eso sí, lanza un mensaje a todos los concejales: "Es un triste espectáculo el que están dando todos".

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