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Cádiz

"Lo que de verdad pudiera ocurrir pertenece al mundo de las conjeturas"

  • La Audiencia absuelve de falsedad al jefe de Cirugía del hospital Puerta del Mar y el fiscal estudia si presenta un recurso contra la sentencia ante el Tribunal Supremo

La Audiencia Provincial de Cádiz ha absuelto de un delito de falsedad en documento público al jefe de Cirugía del hospital Puerta del Mar, José Manuel Vázquez Gallego. El fiscal acusó a ese cirujano de haber modificado una hoja de tratamiento, e incluir en ella dos fármacos que no había prescrito, tras fallecer un paciente al que había operado y al que no le fueron administrados esos dos medicamentos. La Fiscalía, que pedía cuatro años de prisión para el médico, sostuvo que éste intentó así desviar responsabilidades en caso de reclamación.

La sentencia afirma que "no hay prueba directa alguna que permita imputar" la falsedad al procesado y que las pruebas periciales caligráficas realizadas con una fotocopia de la hoja de tratamiento (el original desapareció cuando lo tenía la Policía) "no arrojan luz suficiente", sino que, por el contrario, "permiten mantener una duda más que razonable" sobre si los medicamentos fueron integrados en la orden después del fallecimiento y con un objetivo "despreciable".

"Lo que verdaderamente pudiera ocurrir", explica la resolución, "pertenece al mundo de las conjeturas, y bien pudiera haberse traspapelado la orden e intercambiado en una historia clínica correspondiente a otra persona o incluso, por qué no, que el propio doctor lo completara después de que la enfermera lo volcara en su propia hoja de tratamiento, pero mucho antes de que sucediera nada trascendente".

El fiscal, que decidirá en los próximo días si recurre la sentencia ante el Tribunal Supremo, retiró en el juicio la acusación de homicidio por imprudencia que pesaba en principio contra el cirujano procesado tras oír a la forense afirmar que no hay modo de saber de qué murió el paciente Francisco González González en el hospital Puerta del Mar en mayo de 2000 y que, por tanto no es posible saber si el hecho de que al paciente no le fuese administrado un anticoagulante influyó en el fallecimiento. El certificado de defunción dice, al indicar la causa de la muerte, que es "compatible con tromboembolismo pulmonar". Varios médicos afirmaron en el juicio que esa causa era una de las menos probables. No hubo autopsia.

La sentencia indica que, rechazada por el fiscal la existencia jurídica de cualquier tipo de negligencia por parte del procesado, "el móvil por el que se hubiera hecho el documento falso cae por su propio peso y la antijuridicidad material de una hipotética alteración de su contenido es harto dudosa".

La enfermera que transcribió la hoja de tratamiento del cirujano tras la operación afirmó en el juicio que en ella no había dos medicamentos que después si estaban, entre ellos el anticoagulante. La enfermera no los incluyó en su hoja y por eso al paciente no le fueron administrados esos fármacos. El anticoagulante sí aparecía pautado, sin embargo, en una hoja realizada por un anestesista antes de la operación y que permanecía en la historia clínica.

La resolución de la Sección Cuarta, de la que ha sido ponente el magistrado Manuel Estrella, explica que no resulta "sencillo", tras lo oído en el juicio, "ni tan siquiera decidir si los ATS encargados de materializar el tratamiento debían hacer caso exclusivamente a la hoja de tratamiento prescrita por el cirujano (versión de aquellos) o si estaban obligados a analizar la historia clínica que acompañaba al enfermo".

En el juicio hubo dos versiones "absolutamente contradictorias" sobre un asunto "crucial", señala el tribunal, al que le resulta "inaudito y preocupante que algo de tanta trascendencia no esté protocolizado".

Los magistrados también consideran "inaudito" que la hoja de tratamiento firmada por el procesado, "una prueba esencial", se extraviase y que "al día de hoy no exista una explicación razonable para ello".

La sentencia, de siete páginas, fue elaborada y notificada con inusual rapidez: menos de 48 horas después del final del juicio.

La resolución no analiza el testimonio de algunos médicos que cambiaron en el juicio su declaración anterior, ante el juez instructor. Tampoco explica por qué no cree a la enfermera que aseguró que en la hoja de tratamiento del cirujano que ella transcribió no había dos medicamentos.

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