El Vapor de El Puerto no podrá estar en funcionamiento coincidiendo con la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812, tal y como era intención de la empresa armadora, que pretendía con ello aprovechar el tirón turístico de este evento. Sin embargo, en el proceso de recuperación del barco, los propietarios se han topado con la nueva legislación que afecta a los medios de transportes que, en este caso, les obliga a adaptar el vapor para el acceso de personas con minusvalías físicas.

Hasta ahora, la entrada al Adriano III era especialmente complicada e imposible para personas que iban en silla de rueda o con dificultades en el andar. De esta forma, el proyecto de restauración del barco debía de incluir un acceso adecuado para este colectivo.

Todo ello se planteó en el proyecto encargado por la armadora y así se remitió a la Junta de Andalucía, que debía de dar el visto bueno al plan de restauración ya que el Vapor está considerado como Bien de Interés Cultural, y cualquier cambio en su estructura debe de tener previamente el visto bueno de la administración regional.

Según informó un portavoz de la compañía propietaria, la Junta no aceptó los cambios a los que se veían obligados por las normas de accesibilidad al considerar que afectaba a un BIC.

Ante esta situación, la empresa ha optado por modificar el proyecto original y encargar uno nuevo que intente aunar tanto las exigencias en los accesos como la defensa de un Bien de Interés Cultural. Esta circunstancia va a motiva que el barco difícilmente pueda estar en funcionamiento coincidiendo con los actos del Bicentenario.

Desde la empresa no se quiso especificar el coste de la operación, aunque se asume que éste sube más y más a medida que se van descubriendo nuevas necesidades. Esta circunstancia no va a impedir que los propietarios ejecuten las obras: "Se tarde más o menos, el vaporcito volverá a navegar por la Bahía. No sabemos lo que va a costar, pero nosotros somos los que estamos más interesados en que el barco vuelva".