A finales de junio del año 2008, la iglesia de La Pastora cerraba sus puertas debido a su mal estado de conservación y a las obras de rehabilitación que se iban a realizar. Desde entonces, el templo de la calle Sagasta ha permanecido cerrado a cal y canto... hasta ayer. La restauración del paso de misterio de la cofradía de Afligidos ha servido al mismo tiempo para recuperar la actividad en este templo de pequeñas dimensiones pero de un alto valor patrimonial, que con motivo de la exposición de este paso procesional volvió ayer a abrir sus puertas.

El resultado fue una doble recuperación: la del paso de Afligidos, que se mostraba completamente montado, a falta de imágenes, y que lucía las nuevas caídas que incluyen unos motivos pintados, y la de una iglesia perfectamente presentada.

Retomar el trasiego de público en el edificio después de más de tres años cerrado y de unas obras de consolidación realizadas en su interior ha necesitado de una profunda labor de puesta a punto que los propios cofrades de Afligidos han venido realizando en los últimos meses, siguiendo siempre las directrices de los restauradores del paso, Fabián Pérez y Jesús Guerrero (de la empresa Ars Nova).

De todo ello, quizá lo más llamativo haya sido la limpieza de los tres altares, que habían acumulado una enorme cantidad de polvo y suciedad en estos tres años y, sobre todo, a raíz de las obras realizadas. Para esta labor, que han llevado a cabo los propios restauradores de Ars Nova, ha sido necesaria la instalación de andamios y el uso de una máquina aspiradora que ha eliminado el grueso del polvo acumulado.

El primer paso, sin embargo, fue la retirada de los escombros que permanecían hace meses en el interior de la Pastora así como la eliminación de numerosos elementos que de alguna forma alteraban la fisonomía original de la iglesia.

Además, se ha procedido a una profunda limpieza del suelo, de los zócalos y de la parte baja de los altares, que también acumulaban restos de escombros y otros materiales. Para esta labor, se ha utilizado una máquina pulidora que se ha empleado a fondo para recuperar el aspecto original del piso de la iglesia.

De igual forma, en estos meses previos a la reapertura de la Pastora se ha procedido a realizar una mejora de la instalación eléctrica así como la recuperación de la megafonía.

La labor en el templo se ha completado con la colocación de las imágenes en su lugar original y en el adecentamiento de la imagen de la Divina Pastora así como de su camarín en el centro del altar mayor. Así, la Virgen lucía ayer un nuevo monte (simulando un risco o una peña, típico de esta iconografía mariana) y había sido vestida para la ocasión por el artista gaditano Juan Carlos Romero (vestidor también de las imágenes de Afligidos o de Descendimiento, por ejemplo).

Pero el proceso de recuperación de la iglesia de la Pastora no ha finalizado ahí. En las últimas semanas, los voluntarios han realizado también una profunda limpieza de los salones interiores que a partir de ahora van a volver a utilizarse por parte de la parroquia para el desarrollo de las catequesis y de otros grupos. Y según ha señalado el hermano mayor de Afligidos, Ramón Velázquez, los trabajos no finalizarán ahí, sino que proseguirán en las dependencias anexas al templo, en las que también se está procediendo actualmente a la renovación del mobiliario.

Así las cosas, todo está a punto en esta pequeña iglesia de la calle Sagasta para que más de tres años después vuelva a tener actividad con el tránsito de fieles de la parroquia de San Lorenzo y también con la celebración de cultos y actos en su interior. Pendiente quedará la restauración interior, principalmente en los altares y paramentos así como en las dependencias anexas (algunas de las cuales permanecerán clausuradas por su mal estado).

Por el momento, el templo abrirá todas las tardes hasta el domingo en horario de seis a nueve de la noche, a excepción del viernes día 7, que la recuperada iglesia de La Pastora abrirá sus puertas en horario de mañana.