No son profesionales de la economía, salvo excepciones; pero son unos grandes financieros. Las cofradías consiguen año a año sacar adelante su actividad habitual y la extraordinaria pese a los escasos fondos que perciben. Y, por eso, el anuncio del Consejo de Hermandades de que mañana se cobrará la subvención que otorga el Ayuntamiento por la Semana Santa ha caído como agua de mayo en el mundo cofrade. Muchas hermandades necesitan de esta subvención municipal -además del dinero resultante de la venta de sillas en Semana Santa-, porque los ingresos ordinarios apenas sirven para poder desarrollar su actividad anual.

Para analizar la situación económica que afrontan cada ejercicio las cofradías, basten tres ejemplos de tres corporaciones de penitencia distintas: una con casi un millar de hermanos y un solo paso procesional (Afligidos); otra con apenas medio millar de hermanos y dos pasos, misterio y palio, en Semana Santa (Las Penas); y una última con mil hermanos y también dos pasos en Semana Santa, esta vez sin palio (El Caído).

Afligidos publicaba recientemente en su boletín de Cuaresma el estado de cuentas del año 2009. Y en él aparece que el ingreso de la corporación por las cuotas de sus hermanos es de 5.716 euros, mientras que el importe total de gastos (excluyendo intervenciones en el patrimonio, estrenos u otros aspectos extraordinarios) casi alcanza los 19.000 euros. Tal desfase de una partida a otra se compensa mediante la subvención municipal y el ingreso de las sillas, además de donativos y otro tipo de ingresos (veladas y actos organizados durante el año, por ejemplo).

Este ejemplo es fiel a lo que ocurre en la mayoría de hermandades. De ahí que hace unos días el hermano mayor de Las Penas, José Manuel Romo, lanzara la voz de alarma sobre la situación económica que atravesaban y sobre la necesidad imperiosa de recibir la subvención municipal. Y es que Romo defiende que "la subvención y el dinero de la venta de sillas es vital para el 80% de las hermandades de Cádiz". En el caso de Las Penas, explica su hermano mayor que "si todos pagaran su cuota, que no es así", la cofradía percibiría unos 8.000 euros al año. Y si a eso se le suma las cuotas de salida -teniendo en cuenta que procesionan unos 150 hermanos, a razón de 20 euros cada uno-, los ingresos ascenderían a los 11.000 euros. "Y sólo salir el Domingo de Ramos puede costar entre 16.000 y 20.000 euros, a lo que hay que sumar los cultos del año, las flores y velas para los altares y todos los gastos derivados de la casa de hermandad".

Ante esta situación, una de las soluciones posibles es el aumento de las cuotas de hermanos; pero teniendo en cuenta la situación económica actual, muy pocas hermandades optan por una subida actualmente, pese a que las cuotas llevan años congeladas. A cambio, lo que han hecho en la hermandad del Caído es incrementar la cuota anual y rebajar la cuota de salida. Así, de 16 euros que se pagaba al año ahora serán 28 euros. Y de 25 euros que costaba salir, ahora se ha quedado en 15 euros. "La idea, con el paso de los años, es establecer una cuota única", explica su hermano mayor, Pedro Pablo Reynoso.

Esta fórmula puede servir para buscar en un futuro la autofinanciación de las cofradías, algo que ahora es inviable. "Necesitamos las subvenciones sí o sí", afirma Reynoso, que explica que con la cuota anual de hermanos, hasta 2010, se podrían percibir unos 16.000 euros, "a lo que hay que restar aproximadamente un 10% de recibos impagados"; y sólo la Cuaresma y Semana Santa supone para El Caído casi los 20.000 euros. "Así no se puede mantener", reconoce el hermano mayor.

Por eso, los 120.000 euros que cobrarán mañana las cofradías será fundamental para seguir adelante con su labor. Una labor que año a año depende del milagro de las cuentas.