La Tribuna Cofrade

El futuro del vía crucis

  • ¿Y si el vía crucis cambiara de lunes, la imagen designada se trasladara a la Catedral el domingo y se mantuviera el formato de este año?

  • González Rey ha acertado con el cartel

Vía Crucis de Piedad en el interior de La Catedral.

Vía Crucis de Piedad en el interior de La Catedral. / Julio González

La opinión es generalizada, cuando no unánime. El vía crucis de hermandades en el modelo de celebración que vimos el pasado lunes funciona, gusta, llena. Este año el acento no se ha puesto en el cortejo que no hubo, ni tampoco en la muy sencilla disposición del Crucificado; el foco estuvo en el acto en sí, en las lecturas y meditaciones (por cierto estrechamente vinculadas al escenario actual de pandemia y de crisis económica). Y cuando termina un ejercicio así y no se oyen comentarios sobre el exorno o sobre otras cuestiones de forma, eso significa que el fondo es lo que predominó. Y de eso se trata el vía crucis.

Por ello, todo hace indicar que el Consejo y el pleno tendrán que dar una repensada al acto cofradiero de cara a 2022. Nadie duda, a priori, de que siga siendo invitada una hermandad cada año para que su imagen titular cristífera presida el vía crucis; y la corriente actual apuesta por mantener esa imagen en el altar mayor y no dando vueltas por el interior de la Catedral con un eterno cortejo que se ve obligado a aglutinarse y multiplicarse por falta de espacio.

¿Se podría plantear, por ello, una fórmula mixta de cara a futuros vía crucis? Teniendo en cuenta que el acto debe celebrarse en lunes, para evitar que coincida con quinarios, triduos y otros cultos, quizás podría plantearse una modificación de la semana, y en lugar de hacerse el primer lunes de Cuaresma se haría el segundo o incluso el tercero. Y si la imagen va a presidir desde el altar mayor sin moverse, podría habilitarse el traslado a la Catedral en la tarde del domingo, para propiciar una mayor participación de los hermanos, que por motivos laborales o familiares pueden encontrar más dificultades en la tarde de un lunes que en la del domingo.

La propuesta, por tanto, puede ir enfocada en un traslado de la imagen designada a la Catedral en la tarde del domingo, en el rezo de las estaciones en la Catedral en la tarde del lunes, y el posterior traslado a la sede canónica de la hermandad esa noche al término del vía crucis.

El cartel

La obra de González Rey es la mejor crónica posible del escenario en el que nos movemos actualmente y de la Semana Santa que viviremos este 2021. La pintura que desde ayer anuncia la Semana Santa es una invitación a acudir a los brazos de nuestras imágenes, a pedir la protección de nuestras devociones, que no es ni más ni menos que lo que están haciendo prácticamente todas las cofradías con sus triduos y quinarios aplicados esta Cuaresma en rogativas por el final de la pandemia. Y al mismo tiempo, la obra que anuncia la Semana Santa es un canto a la esperanza, también tan necesaria a día de hoy; esperanza de que en un futuro ojalá no muy lejano volvamos a ver esos tramos de capirote y ese paso de palio que se percibe en la pintura de González Rey. Muy buen cartel, por tanto, que refrenda el acierto del nombramiento que en su día se hizo del cartelista. Y ojo porque Luis González Rey parece estar en un gran momento de forma y está haciendo cosas muy interesantes, lo cual es buena noticia para Cádiz y sus hermandades. Felicidades al Consejo y al cartelista.

Una semana redonda

Exposición 'Una historia de fe' de la Semana Santa de Cádiz Exposición 'Una historia de fe' de la Semana Santa de Cádiz

Exposición 'Una historia de fe' de la Semana Santa de Cádiz / Jesús Marín

En Entre la satisfacción y el alivio tienen que andar los sentimientos de los miembros de la permanente del Consejo después de una semana redonda. No lo tenían nada fácil Jurado y su equipo, a vista de las circunstancias actuales, pero las apuestas ya de por sí valientes de mantener el vía crucis y de presentar el cartel de la Semana Santa les han salido adelante; y con nota. La permanente refuerza así su peso y su confianza, en este tramo final de mandato que abre una autopista para que Jurado siga al frente de la institución cuatro años más.

El vía crucis del lunes resultó todo un éxito, y la prueba más evidente es que la opinión generalizada desde que finalizó el acto aboga por mantener el modelo (la imagen estática en el altar mayor y el público en sus asientos, sin recorrido por el interior de la Catedral) para futuros años. Además, el traslado del Crucificado se hacía con la mayor discreción, al mismo tiempo que con toda solemnidad, redondeando esta primera piedra que tenía que saltar el Consejo.

La semana concluía ayer con la presentación del cartel anunciador de la Semana Santa, otra de las apuestas de la permanente, que bien podría haber optado en su día por suspender el acto y dejar el cartel -o al cartelista- para 2022. Jurado insistió contra viento y marea en darle a la Semana Santa sin procesiones un anuncio pictórico, y la obra descubierta ayer viene a darle la razón. La pintura de Luis González Rey posiblemente sea la mejor manera de anunciar la extraña Semana Santa de este año sin procesiones.

Por ello tiene que estar el Consejo satisfecho, al mismo tiempo que aliviado, tras superar con nota los dos primeros retos de esta difícil Cuaresma. Esperemos que el acierto se mantenga de aquí al Domingo de Resurrección. La confianza, desde luego, se la han ganado a pulso Jurado y los suyos.

Vera–Cruz

Es la imagen del vacío que deja esta Cuaresma sin calles. La ausencia del Cristo de la Vera-Cruz en el altar mayor del templo franciscano duele en lo más profundo. La cofradía celebra esta semana el quinario, con el Crucificado en su retablo por la imposibilidad de reunir a toda la gente necesaria para bajarlo de allí y subirlo luego al altar mayor. Difícil pero responsable decisión de esta hermandad, donde el coronavirus ha golpeado especialmente fuerte en estos meses. Ahí anda recuperándose, sin ir más lejos, el capataz del Emperador Dormido, uno de los héroes de la noche del incendio del Puerta del Mar.

La música

De riguroso luto está la música procesional. No sólo la de Cádiz, sino la de cualquier rincón de la geografía nacional, porque las marchas de Sergio Larrinaga habían conquistado los oídos y los corazones del público en general amante de estas composiciones. La pérdida de este músico deja un gran vacío en un legado de gran alcance y en uno de los nombres propios del mundo de las cornetas y tambores. Con los sones de la marcha Réquiem despidieron un grupo de amigos al joven Larrinaga. Descanse en paz.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios