Un jueves de los de antaño, de los de Santa María a reventar, de las filas de sillas puestas como carrera oficial improvisada con ADN del barrio, de los de riadas de gente bajando por la tarde hacia el casco histórico. Una jornada que siguió la buena tónica del Miércoles Santo y en la que no hubo que mirar al cielo, aunque conforme fue cayendo la noche, empezó a haber mucho fresco.

Un ambiente que nos lleva a años atrás, cuando pensábamos que una pandemia que pudiera parar el mundo sólo era imaginable en una película de ciencia ficción.

El epicentro fue la plaza de San Juan de Dios, donde había una marea de gente, sobre todo en el paso de las primeras cofradías y con el momento culminante del Nazareno de Santa María. Por la noche todos los locales de la hostelería de los alrededores de la plaza como la calle Plocia y otras, estaban absolutamente atestados.

Y es que fue un día histórico porque el patrimonio de la Semana Santa de Cádiz se ha enriquecido de manera notable con el nuevo paso del Nazareno de Santa María, que regaló a Cádiz una obra que todavía se está ejecutando pero que es acorde a una imagen que tiene tanta devoción.

La bajada por Jabonería volvió a ser una mezcla de marchas y de saetas que se iban sucediendo por toda la bajada en los dos pasos.

Uno de los grandes protagonistas de la Semana Santa está siendo Juan Manzorro, desgraciadamente por su ausencia. No hay día en la que su compañera y pareja, la también periodista Mónica de Ramón, no acuda a algún reconocimiento que se hace al bueno de Juan, alguien que ha dejado una profunda huella en las cofradías, a las que siempre se puso a su servicio para todo. En esta ocasión, el capataz del paso del Nazareno, Joaquín Cortés, le cedió la primera levantá en la calle, que a la sazón era la primera vez que se tocaba el llamador de este imponente paso en su historia con el Señor.

El cortejo de esta hermandad era tan largo, también favorecido por la separación que había en el mismo, pero cuando la cruz de guía se encontraba entrando por la calle Nueva, el último músico de la banda del palio de la Virgen de los Dolores estaba bajando Jabonería.

Fue una jornada sin demasiados retrasos en la llegada a la carrera oficial, aunque sí había algún que otro corte que hace complicada seguir el día, sobre todo el que se produce entre Medinaceli y el Perdón.

La primera que pasó por la carrera oficial fue Afligidos, que como siempre viene haciendo de manera habitual, su cortejo se desplazó con bastante agilidad hasta el extremo de que llegó con adelanto a la carrera oficial.

Aunque hablamos de un Jueves Santo parecido al de antes de la pandemia, pero en Afligidos especialmente se veían reminiscencias de lo que vivimos todavía hoy en día.

Por ejemplo, el cortejo de la hermandad se formó en la calle Armengual al aire libre, vía contigua a la iglesia de San Lorenzo. Allí mismo se entregaron mascarillas para todos los participantes en la procesión.

Dentro de la protección contra el Covid, el paso llevaba también en su interior el filtro de aire para hacer que se purifique el interior y así tener una protección extra para los cargadores.

Uno de los aciertos de esta hermandad ha sido el cambio a la banda de música, que en este caso era la de Enrique Montero de Chiclana, que interpretó un repertorio bastante clásico y sobrio como corresponde a una hermandad de este corte.

El Huerto se ponía en la calle desde San Severiano y era la tercera hermandad que venía desde extramuros. También era la primera vez que salía con esta junta de gobierno tras un período electoral bastante complicado y polémico.

Uno de los momentos grandes de la jornada es la bajada del Nazareno por Jabonería, que como siempre estuvo a reventar y donde el barrio muestra todo su fervor por los titulares de su barrio.

Fue la noche en la que un interno en Puerto III pudo tener consuelo muy cerca de la imagen de Jesús de Medinaceli, tras el estrechamiento de vínculos de esta hermandad con Instituciones Penitenciarias. Precisamente, una representación de esta administración, iban tras el paso del Señor Cautivo y Rescatado.

Delante del paso de Cristo iba el buen capataz José Luis Pájaro Llamas, que aplicaba su sencillez y su peculiar estilo tocando la manigueta desde el mismo interior de la iglesia de santa Cruz.

La Madrugada ha quedado reducida al Perdón, que este año retrasó su salida en una hora con respecto a 2019. La hermandad puso sus dos grandes pasos en la calle y otro de los puntos de expectación fue el Campo del Sur y el espacio Entre Catedrales. El hermano mayor, Manuel Garrido, anunció antes desde el altar que el Domingo de Resurrección convocaría cabildo de elecciones.