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San Fernando

El diálogo cofrade de Joaquín Moeckel y Carlos Navarro Antolín en San Fernando: "La Semana Santa y las hermandades no pueden ser una experiencia"

Carlos Navarro Antolín y Joaquín Moeckel, en el acto celebrado en San Fernando.

Carlos Navarro Antolín y Joaquín Moeckel, en el acto celebrado en San Fernando. / Jesús Marín (San Fernando)

A Joaquín Moeckel Gil y a Carlos Navarro Antolín los habían invitado a San Fernando para hablar de cofradías. Y eso es precisamente lo que hicieron. Sin complejos y sin pelos en la lengua. A lo largo de casi una hora y media, entre no pocas anécdotas y recuerdos, el abogado sevillano y el subdirector de Diario de Sevilla -que vino a ejercer el papel de entrevistador- dieron su opinión y brindaron su visión acerca de lo que acontece hoy día en el panorama de las hermandades y la Semana Santa. De la Sevilla y, por ende, de la de La Isla o de cualquier otra ciudad andaluza, porque salvo algún que otro matiz -que los hay- lo que vale para uno puede también extrapolarse a los demás. 

Ambos, en este acto organizado por Páginas del Sur con la colaboración del Consejo de Hermandades y Cofradías de San Fernando y con el patrocinio del Ayuntamiento, se zambulleron en un diálogo que prácticamente fluyó solo en el centro de congresos Cortes de la Real Isla de León. Hablaron cómodamente de la fe -y de su ausencia- en las hermandades y debajo de los pasos, de lo que debe entenderse por caridad hoy día, de la falta de preparación de algunos dirigentes en las juntas de gobierno y también de muchos hermanos de fila, de la independencia que han perdido las cofradías en la Iglesia, del peligro de las subvenciones y hasta de esa gente que se dedica a grabar cómo toca una banda olvidándose de lo que va delante. 

Y, por supuesto, hablaron del tema estrella: el exceso de salidas extraordinarias y Magnas que ha llegado en la era de la pospandemia bajo los auspicios de la propia autoridad eclesiástica y de los poderes políticos y del riesgo que entraña que las hermandades se conviertan en un mero espectáculo de multitudes con la aquiescencia de los propios cofrades, que simplemente se dejan llevar porque, claro, a todos nos gusta un paso en la calle, así que encantados. Fue una de las claves de un debate que, paradójicamente, se organizaba en el contexto de las actividades vinculadas a la Magna Mariana que San Fernando celebró el pasado día 30 de septiembre.  

Acto celebrado en el centro de congresos de San Fernando en el que participaron Joaquín Moeckel y Carlos Navarro Antolín. Acto celebrado en el centro de congresos de San Fernando en el que participaron Joaquín Moeckel y Carlos Navarro Antolín.

Acto celebrado en el centro de congresos de San Fernando en el que participaron Joaquín Moeckel y Carlos Navarro Antolín. / Jesús Marín (San Fernando)

¿Es malo hacer una Magna o una extraordinaria?, se preguntaba Moeckel. Aparentemente no, claro. ¿Por qué iba a ser malo? "Pero todo lo que se manosea pierde interés", señalaba. Deja de ser "lo exquisito". "Nos hacemos daño nosotros mismos. A la gente le gusta pero no estamos aquí (las cofradías) para que a la gente le guste. Esto no está para el consumo".

Incluso advertía del trasfondo de estas salidas extraordinarias (este mismo viernes había una en Sevilla): "¿De verdad van a llamar a toda esta gente que va al movimiento cristiano, a la sinodalidad, a la eclesialidad? Navarro Antolín lanzaba aquí otra cuestión clave en el debate: "¿El precio de todo esto será la decadencia?". 

La Semana Santa -decía también el abogado sevillano- "no puede ser una experiencia". No vale todo. "Sin fe no hay nada. Cada uno a su forma y manera, pero la fe hay que tenerla", había comentado al inicio del acto: esto no son las Fallas.   

Moeckel apuntaba incluso que esa religiosidad popular que arrastran las salidas extraordinarias "no es real". "Hemos cambiado el campo de visión", señalaba al apuntar a que el foco "no está arriba del paso". "El campo de visión está en el suelo. Vemos cómo anda el costalero, qué tipo de zapatos lleva, si lleva botines, el solo de la trompeta...". 

Durante la charla, el letrado -que aludió también en varias ocasiones a su experiencia como hermano mayor del Baratillo- reclamó también la necesidad de que los dirigentes cofrades se pronunciaran abiertamente sobre cuestiones como el aborto o la eutanasia. 

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