Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Para mí, ser hijo adoptivo de esta ciudad es un mérito merecido, sobre todo para Don Joaquín Corredera. Yo sí lo conocí, y nunca me dio clase. Era tiempos en los que había dos cursos, dos completos cursos con casi cuarenta talibanes a los que había que educar. Llegando a su curso, Don José Luis Corbacho, de quien recuerdo que tenía un coche azul al que llamaban tiburón, y que creo que era un Citroën, fue mi profesor. Don Joaquín era el del otro curso. Sin embargo, dos años después sí fue profesor de mi hermano. Eran otros tiempos, era La Salle, y éramos como éramos, y gracias a profesores así, somos lo que somos, con nuestros errores y nuestras virtudes, con nuestros defectos y nuestro sentido de la vida. Eran otros tiempos, y criticar con los ojos de hoy la educación de entonces es tan ridículo como criticar el invierno porque no florecen flores. Con el paso de los años entablé conversaciones con él por otros motivos, y a lo largo de mi existencia, jamás deje de llamarle Don Joaquín, por dos motivos. El primero, porque era Profesor, el segundo, porque su grandeza, su saber estar, su integridad y su compresión le hacían digno de no menos que un Don para dirigirme a él. Hoy día los profesores han cambiado, los tiempos han cambiado, los que reciben educación han cambiado. Hoy hay otros valores, y el respeto es distinto, pero para mí, no cambiaría por nada del mundo aquellos años vividos. Por todo eso no recuerdo ningún mal momento, no le recuerdo jamás un mal gesto, y me duelen críticas desacertadas, anecdóticas y fuera de lugar, sobre todo las relacionadas con la forma con la que yo me eduqué. Desde aquí mi más sincera enhorabuena a esta ciudad por contar desde hoy con un hijo más, el cuál se ganó el sitio entre nosotros incluso más que algunos que lo son por derecho propio. Don Joaquín, enhorabuena por el reconocimiento, que sé que allá dónde estés, lo recibirás con la misma humildad y grandeza que siempre te caracterizó, porque sé que, de haber podido hacerlo, lo hubieras rechazado aun mereciéndolo.

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