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La Folía pone música a la primera circunnavegación

  • Una estupenda aportación a la ciudad de Sanlúcar, con músicas de lugares muy significativos de la ruta de Magallanes y Elcano

Un momento del concierto de La Folía en la iglesia de Santo Domingo de Sanlúcar.

Un momento del concierto de La Folía en la iglesia de Santo Domingo de Sanlúcar. / J. S. F.

Para los amantes de la música barroca, decir La Folía, significa hablar de uno de los grupos pioneros en la interpretación de la música barroca española, tanto en España como fuera de sus fronteras.

Su director, y fundador, Pedro Bonet, que es la primera vez que actúa en Sanlúcar, lo ha hecho de la mano del Centro Nacional de Difusión Musical, en coproducción con el FMEC 2019. Y se trajo la lección de historia bien aprendida, para hablar con suficiencia de la Primera Circunnavegación.

El concierto que La Folía presentó en la iglesia de Santo Domingo, una de las joyas del patrimonio religioso sanluqueño de la segunda mitad del siglo XVI, se tituló De aquel inmenso mar, y en palabras del director del grupo, el programa no fue una “recopilación museística” en torno al Quinto Centenario de la circunnavegación, sino que responde a verdaderas vivencias que La Folía ha tenido a lo largo del planeta, llevando consigo la música del barroco español.

La Folía nos deleitó con piezas de Sudamérica, Norteamérica, Sumatra, Portugal e incluso una partitura del barroco italiano, conservada en Pekín. Antes de abordar cada pieza musical del programa, Bonet fue explicando el significado de cada obra, procurando contextualizarla en alguno de los lugares clave de las rutas para llegar al Moluco, el paraíso de las especias en el siglo XVI, tanto de la flota portuguesa como de la española. En realidad, el programa de mano del concierto, incurre en un pequeño lapsus ya que no había “rutas ibéricas de circunnavegación”, sino en todo caso rutas ibéricas para el comercio de las especias, que no es lo mismo. La gloria, al cien por cien, de haber descubierto una ruta circunnavegando el Globo, buscando cómo comerciar las especias, es española.

Pero donde estuvo acertado Bonet, fue en definir claramente que el punto de partida de la flota de Magallanes fue Sanlúcar de Barrameda. Y sobre todo, lo importante ha sido la aportación musical de La Folía a este año en se cumplen exactamente quinientos de la partida de la flota que daría la primera vuelta al mundo, en una épica aventura que duró tres años.

El concierto se abrió con la estupenda y bien trabajada voz de la soprano Celia Alcedo, cantando en lengua quechua, una de las dos lenguas, que junto con el aimara, se hablaban en la Sudamérica andina precolombina. La particularidad de la pieza escrita por Juan Pérez Bocanegra en Lima en 1631, es que es la primera de estas características, de la que se tiene constancia escrita.

Después tocó el turno a Roque Ceruti con una pieza suya conservada en Sucre, capital constitucional de Bolivia. Las piezas instrumentales se fueron intercalando con las cantadas. Me parecieron excelentes las piezas Ruisseaux coulez y Dieux tout puissant, del compositor André Cardinal escritas en Nueva Orleans en 1750. Y también sobresaliente el Motete in hoc mundo de Domenico Zipoli, escrito en la ciudad de Chiquitos de Bolivia. Y también de excelente ejecución fue la pieza de Arcangelo Corelli –Thomas Forrest (Roma 1694- Sumatra 1784- Londres 1990) Angin be mingin (La brisa es fresca), cantada y recitada deliciosamente por Celia Alcedo en lengua malaya.

Hubo propina navideña al final de un concierto que, de comienzo a fin, tuvo un altísimo nivel musical, tanto en la voz de Celia, como en los instrumentos barrocos de La Folía, que hacen con ello una valiosa aportación a Sanlúcar, en el año de conmemoración de la Primera Circunnavegación.

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