CINE

Fantasía para la Navidad

  • 'La brújula dorada' comienza la adaptación de la trilogía de Pullman

Es una tradición navideña el estrenar una película que pueda ser un crack en la taquilla y pueda concentrar ante las pantallas a toda la familia, que se ve obligada a hacer hueco para el cine entre los compromisos sociales y las colas para los regalos. El ejemplo perfecto lo dio al inicio de esta década la saga de El señor de los anillos. El hueco que dejó a partir de las Navidades de 2004 ha intentado ser cubierto de variadas maneras, pero una de ellas ha sido recurrir a las trilogías literarias de corte infantil fantástico, como la ideada por Tolkien. El año pasado se intentó con Eragorn, adaptando los refritos de otras sagas que pergeñó Chistopher Paoli. No podemos olvidar tampoco la exitosa serie de Harry Potter, que diversifica sus films entre diciembre y los meses de verano.

Para estas navidades el estudio New Line, promotor de El señor de los anillos, intenta ocupar el espacio de las entrañables fiestas con la primera película basada en otra trilogía escrita. Se trata de La materia oscura, formada por Luces del norte (1995), La daga (1997) y El catalejo lacado (2000). La ha escrito el británico Philip Pullman, y han sido un éxito a pesar de que a priori no parece muy infantil. Alguien describió la trilogía como libros para niños pero dirigidos a los adultos. Además de aventuras fantásticas, Pullman realiza densas reflexiones filosóficas. Pero su éxito, al menos en los países anglosajones, hizo ver a los de New Line que merecía la pena intentarlo.

Como director de La brújula dorada, que así se llama la versión cinematográfica de Luces del norte, se eligió una opción sorprendente. Chris Weitz, que en su momento con su hermano Paul realizó uno de los clásicos de la comedia de adolescentes adictos a las feromonas, American Pie, y luego devino en realizador de comedias más ingeniosas como Un niño grande. Weitz aceptó el reto, aunque ante las magnitudes de una gran producción llena de efectos especiales estuvo a punto de tirar la toalla más de una vez. Se rodó en los colleges de Oxford y en Noruega, entre otras localizaciones. Pero lo peor fue la postproducción donde hubo que integrar muchos decorados y fondos tras actores que actuaban delante de una pantalla azul. O de seres inexistentes entonces, como el oso Iorek, que fueron recreados totalmente por ordenador.

Sin embargo, a pesar del peso digital del filme, se eligió un potente reparto. Daniel Craig, Nicole Kidman, Eva Green, Sam Elliot y los británicos Tom Courtenay y Derek Jacobi. Pero la revelación del film es la niña de 12 años Dakota Blue Richards, que como mandan los cánones fue elegida en un extenuante casting donde se presentaron 10.000 chicas. Para la nueva niña prodigio del cine fue toda una experiencia entrar en una gran producción con tales compañeros de trabajo.

Ella es Lyra, una huérfana que vive en un college de Oxford acogida por su director. Es una niña rebelde que tiene un mundo paralelo. Tiene un dimon, un alma humana que toma cuerpo de un animal de compañía. Por eso un día recibe la visita de una misteriosa dama (Kidman) que forma parte de un tribunal que controla a las personas que tienen contacto con dimons. Es el inicio de una aventura. Pronto la niña descubre que en realidad la organización de la señora secuestra a niños con su don para someterlos a experimentos. Entre ellos, el mejor amigo de Lyra. Para rescatarlo inicia un viaje ayudada por su tío explorador (Craig), la reina de un clan de brujas (Green), un aeronauta tejano con una excéntrica nave voladora (Elliot) y Iorek, un oso parlante. Como se comprueba, un menú muy navideño que podemos empezar a degustar este puente.

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