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Cultura

Calle 13 explota a la luz del faro

  • Residente, Visitante, PG 13 y una completa banda de músicos ponen a bailar y a pensar al público, más entregado que numeroso, que se congregó en San Sebastián

Gira, gira y gira. Botan, botan y botan. El faro emprende su danza eterna, su baile circular. El haz de luz ilumina la explosión. Saltan. De arriba abajo,de abajo arriba. Salta el público, no muy numeroso, sí más enardecido mientras pasan los minutos. Saltan también en el escenario. La banda, Residente, Visitante, PG 13... Saltan las chispas, los fraseos como balas, las proclamas esperanzadoras: "¡Viva Puerto Rico libre, el movimiento 15M, la lucha estudiantil!". Residente, René Pérez, así se despide tras dos horas "a fuego, mi sangre". El faro continúa su ritual hipnótico. Con él no pueden los vientos, tampoco con las palabras de Calle 13 que no se las lleva ningún aire difícil. "¿Están vivos?". Sí, estamos vivos. Calle 13 explota en San Sebastián, en la inauguración de los Conciertos para la Libertad, y su onda expansiva alcanza a los cuerpos, que bailan, a las mentes, que piensan.

Amasijo de brazos y piernas que danzan, de primeras, nuestro son del día a día, El baile de los pobres. A mover la cadera en una noche de domingo que está buena. Buena de viento en la fortificación enclavada en el océano Atlántico. Rodeados de mar, de hermosura, -"qué bonito lugar, qué bonita luna"-en esta ilusión insular, no es de extrañar que Residente también hablara de su Puerto Rico querido, "que vive bajo dos gobiernos cabrones, al menos nos gustaría poder estar sólo bajo una bandera".

Si Residente se dedica a agujerear conciencias con sus letras que arremeten contra gobernantes, banqueros, discográficas y más allá, escoltado por la sinuosa y callejera PG 13, Visitante (Eduardo Cabra) trabaja a saco en su mesa de mezclas además de convertirse en un miembro más de la banda, con la guitarra, con el teclado, con vientos... Con lo que haya que hacer. Mezclas divinas, ricos sabores de allá y de acá que mestiza en su mágica cocktelera aderazada con las melodías de la banda donde no falta el trombón, la trompeta, el saxo, timbales, eléctrica, batería... Vaya son, vaya flow. ¿Quién se resiste a portarse mal? Vamos a portarnos mal.

No hay nadie como tú, Ven y critícame, Pal norte -dedicado a todos los emigrantes porque, como bien dice René, "los seres humanos no son ilegales"-, una nueva versión de Suave (igual de sexual, de sensual, pero con tintes más rock), la cumbia de Mira los aburridos... Acertados temas de discos anteriores se intercalan con su última propuesta, Entren los que quieran. Y el listado funciona, el concierto cobra sentido porque su obra general está enmarcada bajo los límites de la coherencia.

"Cabrones, vamos a celebrar la vida, deben estar contentos", azuza el intérprete vocal antes de alzar la vista al cielo y lanzar un sentido: "Chavela, te queremos". Conforme transcurre el concierto, René se detiene más en las introducciones. "Este tema del último disco lo escribí pensando en la gente que toma una decisión para cambiar su vida, gente que está en su oficina y, de repente, decide dar la Vuelta al mundo". Y aunque el tema es bastante más tranquilo, el público se contonea, se abraza y, por supuesto, canta: "Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo..."

Tras este remanso de paz llega La bala. Tremenda, rotunda, sólida en todo su ser, en música y letra. "Para ser un mercenarío, habría que ser millonario, pero no es así, se mata por montones, las balas son igual de baratas que los condones. Hay poca educación, hay muchos cartuchos, cuando se lee poco, se dipara mucho". Pa, pa, pa, pa. Disparos de lucidez. Y disparos de nostalgia, que también duelen, con La Perla: "El que se mete con mi barrio… Me cae mal" (y a mí, René).

Con Atrevete-te Calle 13 se despide momentáneamente porque llegan los bises. La necesaria Calma pueblo, la prescindible Muerte en Hawaii, la reveladora El hormiguero y la solicitada y redonda Latinoaméricaponen el punto y final al concierto bien llamado, en este caso, para la libertad. De vez en cuando, explota.

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