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En el Teatro Municipal

El Puerto se transforma en escenario de la Pasión de Cristo con el pregón más esperado

  • Francisco José Figuereo abre la puerta de la Semana Santa tras la pandemia con una exaltación en la que combinó el mensaje religioso con la reivindicación de una mayor implicación hacia las hermandades

El pregonero de El Puerto, Francisco José Figuereo Noriega.

El pregonero de El Puerto, Francisco José Figuereo Noriega. / F.H.

Casi tres años ha tenido que esperar Francisco José Figuereo Noriega para poder ofrecer el pregón de la Semana Santa de El Puerto de Santa María. La pandemia no ha perdonado y su pregón se hizo de rogar. Pero a juzgar por la respuesta del público en el Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca, la espera, pese a lo dura que ha podido resultar, ha tenido su recompensa, y los portuenses han sabido corresponder y agradecer a la persona encargada de "encender la llama apagada hace dos años", el mensaje de esperanza lanzado en este Domingo de Pasión.

El aforo del teatro se llenó por completo: hermanos mayores, miembros de todas las cofradías de El Puerto y fieles en general, en un pregón en el que hubo de todo: ilusión al recuperar por fin la Semana Santa, mensajes cristianos, exaltación de la ciudad de El Puerto y sus hermandades, música, recuerdos y vivencias, y también alguna quejas y reivindicaciones.

Este pregón de 2022 ha sido distinto a los que se recuerdan, tal como lo anunció desde el primer momento la presentadora del pregonero, María Montes González, elegantemente ataviada de negro y con mantilla, que describió a Figuereo Moriega como "portuense, cofrade, cristiano y amigo".

El aforo del teatro se completó durante el pregón de Semana Santa 2022. El aforo del teatro se completó durante el pregón de Semana Santa 2022.

El aforo del teatro se completó durante el pregón de Semana Santa 2022. / F. H.

El escenario del teatro, preparado para la ocasión, contó además con la presencia del alcalde de El Puerto Germán Beardo; el asistente eclesiástico de Cofradías y párroco de la Iglesia Mayor Prioral, Antonio Sabido Salguero; el nuevo presidente del Consejo de Hermandades, Juan José Caballero Ramos, y su junta de gobierno, además de una capilla musical que al igual que la Banda de Música Maestro Dueñas, acompañaron al pregonero.         

Como no podía ser menos, Francisco José Figuereo, tras el rezo de un Ave María dirigido por el asistente eclesiástico, inició su intervención haciendo un repaso por estos duros años de pandemia, ofreciendo a la vez una acción de gracias por la recuperación de la Semana Santa. "Jamás nos hemos ido", manifestó, en referencia a las hermandades, para dar entrada a la marcha procesional Amargura, interpretada de manera magistral por la banda de música, instalada en el foso del teatro.

A continuación, llegado el momento inicial, el pregonero expresó algunas quejas y reivindicaciones, como el "ninguneo" que ha vivido el mundo cofrade durante mucho tiempo, visible entre otras cosas en que la última hermandad portuense se fundó hace ya 22 años. Posteriormente, extendió sus críticas a los distintos ayuntamientos que ha tenido la ciudad, "que nos ignoran una y otra vez", dirigiéndose directamente al alcalde allí presente para denunciar el escaso apoyo e inversión que se presta a las hermandades de El Puerto, "lo que ha provocado que estemos a la cola de la Semana Santa de la Bahía". El auditorio puesto en pie aplaudió largamente sus palabras (a excepción de los miembros de  la Corporación y el equipo de gobierno que se encontraban en el patio de butacas). También se mostró crítico con algunos aspectos de las propias cofradías, por ejemplo con los costaleros que cargan el día de la Estación de la Penitencia pero el resto del año no viven la hermandad. 

A partir de ese momento, la proclama cofrade se desarrolló por derroteros más previsibles, aunque no por ello menos originales, centrándose en parte en la venerada imagen y en la hermandad de Jesús Nazareno, una de las populares, y las vivencias vinculadas a la madrugada del Viernes Santo, con un homenaje a todas las cofradías de El Puerto, transformando la ciudad durante su pregón en una evocación del escenario de la muerte y resurrección de Jesucristo.

Otra imagen del pregonero durante su proclama cofrade. Otra imagen del pregonero durante su proclama cofrade.

Otra imagen del pregonero durante su proclama cofrade. / F. H.

Como dato a destacar, delante del atril del pregonero se colocaron dos faroles encendidos de un paso de Semana Santa, como representación de la pérdida de su padre y su madre, ya fallecidos, reviviendo con ello de manera simbólica la presencia de sus progenitores.      

El pregonero hizo una novedosa división en capítulos, en lo que denominó El Evangelio según El Puerto, lo que le sirvió como base para ir narrando la Pasión a través de las distintas hermandades locales, las características propias de sus titulares y los lugares más señalados por los que discurren sus pasos y cortejos procesionales. En estos capítulos, a modo de viacrucis, en cierto momento la música interpretada por la banda o el trío musical se introducía como telón de fondo, logrando un efecto de mayor intensidad dramática, aunque en ocasiones el sonido apagaba las palabras del pregonero.

Y es que en el pregón de este año la música ha tenido mayor protagonismo que otras veces, destacando la interpretación de dos saetas a cargo de la cantaora portuense Aroa Cala, vestida también de negro y con mantilla. En el pregón no faltaron elogios para la Virgen de los Milagros, la Virgen del Rocío y la Virgen del Carmen, "tres glorias, tres amores, tres aromas", como expresó Figuereo. Tampoco faltó la memoria de todos los que se llevó la pandemia, una oración por la paz y un recuerdo especial a las congregaciones religiosas de El Puerto centradas en la caridad y la ayuda a los más necesitados. 

El pregón concluyó con una exaltación, realizada con el teatro prácticamente a oscuras, en la que Francisco José Figuereo volvió a vivir "el sueño de un cofrade", describiendo en cascada las estampas de la Semana Santa en la calle, esperadas y añoradas por cofrades y portuenses, deseando que esta festividad religiosa "sea la que cierre la puerta a la pandemia", concluyendo con una llamada de esperanza en Jesús Nazareno, tras lo cual se interpretaron los himnos de Andalucía y España.

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