Entrevista | Paloma de Bordons

"Cuando pudimos volver a la piscina casi me puse a llorar"

  • La nadadora gaditana confiesa que "aunque a veces me daba pereza, he entrenado todos los días en casa sin fallar ni uno".

Una sonriente Paloma de Bordons posa en Tarrasa junto a su entrenador.

Una sonriente Paloma de Bordons posa en Tarrasa junto a su entrenador. / CNBC

La mejor nadadora de la provincia gaditana, la capitalina Paloma de Bordons, pudo volver a nadar el pasado lunes en la piscina de Astilleros después de más de un par de meses condenada a realizar únicamente preparación física en su casa. Con los Juegos Olímpicos de Tokio apuntados en rojo en su calendario, la anulación de este acontecimiento internacional hasta 2021 propicia que ya tenga marcadootro objetivo, en realidad el mismo que para este 2020 pero con cambio de fecha.

–El parón forzoso llegó en uno de los momentos cumbre del año. ¿Cómo lo recuerda?

–El comienzo fue un poco duro ya que el cambio experimentado resultó muy grande. Cuando me vi obligada a dejar los entrenamientos precisamente estaba preparándome para el Campeonato de España de Primavera, a celebrarse en Sabadell en piscina de 50 metros la primera semana de abril como prueba clasificatoria para los Juegos Olímpicos. Pero todo se truncó, al igual que la más que probable presencia en el Campeonato de Europa de Budapest, que se iba a disputar en mayo con las tres distancias de espalda en el programa.

–Las metas se fueron al traste en un periquete y había necesidad de resetearse. ¿Lo asumió bien?

–Todos los planes y objetivos se evaporaron de pronto, creándose una situación que al principio intenté afrontar siendo positiva. La inactividad venía dada por un grave problema de salud comunitario y eso ayudaba a entenderlo. Jose -su entrenador es José Antonio García, director deportivo del CN Bahía de Cádiz- nos mandó enseguida unos entrenos para hacer en casa. El reto pasaba a ser el mantenimiento del estado de forma para estar lo mejor posible el día que tocara regresar a la piscina. He entrenado todos los días, sin fallar ni uno, aunque a veces se me hacía pesado y me daba pereza y me entraban ganas de descansar. Pero cumplí siempre y cuando el lunes pasado, día 25, volví a la piscina las sensaciones fueron muy buenas.

–¿Cuál fue la manera de trabajar durante tantas semanas de confinamiento casero sin opción de acercarse a una piscina?

–Por la mañana realizaba trabajo de cardio, siguiendo los vídeos recibidos de mi entrenador y para lo que incluso me compré una máquina de remos. Iba combinando y por la tarde realizaba ejercicios de fuerza, adaptándome al hecho de que en casa no tenía el material que empleamos habitualmente.

–Supongo que el día del regreso a la piscina resultó bastante especial.

–El último día de actividad en el agua de la piscina había sido el 13 de marzo, por lo que habían transcurrido casi dos meses y medio. Supuso tanta felicidad para mis compañeras de club y para mí que casi nos pusimos a llorar en el momento de entrar en la piscina de Astilleros. Esperábamos encontrarnos peor tras el parón, pero se nota que trabajamos bien en casa. Además, tenemos la moral muy alta desde el lunes. A esto me ayuda el apoyo que tengo de tres patrocinadores gaditanos: Gimnasio Anytime Fitness, Nutriéndose (clínica nutricionista de Antonio Ballesteros) y la tienda de nutrición Impulso.

–¿Se añoran los tiempos en que el Ciudad de Cádiz era el centro de trabajo de los nadadores de la capital gaditana?

–Dicen que a la piscina del Ciudad de Cádiz le queda poco para ser utilizable de nuevo, pero cada vez que escuchamos eso va y surge otro problema. Para nosotros es muy importante entrenar en ella porque la mayoría de las competiciones son en piscinas de 50 metros y esta es de las mejores que hay en España.

–Con el cartel de velocista colgado al cuello, ¿son realmente los 50 metros su prueba predilecta?

–Aunque posea más títulos nacionales en 50 metros, en realidad la prueba que más me gusta es la de 100. Los 200 me quedan un poco largos si estoy preparando las distancias cortas, pero todo depende del momento de la temporada.

–El retraso de los Juegos de Tokio al próximo año parece que ha servido para incrementar sus opciones reales de acudir a esa cita. ¿Está de acuerdo con esa idea?

–Hace años que como objetivo principal de mi carrera me marqué nadar unos Juegos Olímpicos. Jose y yo vemos que el aplazamiento de los de Tokio hasta 2021 lo vemos como una oportunidad añadida que se nos concede al contar con un año más para hacer la mínima olímpica y sacar el billete. Todas las miras las vamos a poner en el Nacional de Primavera de abril del año que viene, la competición clave para intentar acudir a Japón.

–¿Cómo ve la cosa distancia a distancia para sacar el ansiado pasaporte?

–Este año veía ciertas posibilidades aunque en realidad lo tenía complicado. Al no haber 50 metros espalda en los Juegos, me quedaban los 100, en los que andaba a cinco décimas de la mínima, y los 200, a dos segundos. Creo que la clave para arañar esas décimas en el hectómetro el año que viene radica en mejorar el viraje. En la distancia doble se me presenta más complicado pero también tengo más margen de mejora.

–En octubre cumple 24 años. ¿Hasta cuándo tiene pensado resistir antes de retirarse?

–Hoy en día la gente está dejando de nadar más tarde que antes. Me gustaría aguantar otro ciclo olímpico, el que acabará con París 2024. Quiero seguir hasta entonces, por lo menos.

–¿Y qué tocará después de la natación?

–Desde siempre me encantó la profesión de profesora de Educación Física y ojalá me pueda dedicar a ello. De momento ya me gradué en Ciencias del Deporte por la Universidad de Cádiz y ahora estoy estudiando a distancia un máster de Formación del Profesorado de la UCAM de Murcia.

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