Alonso y el rojo de la pasión

Fórmula 1 l Campeonato del Mundo

Arranca este fin de semana en Bahrein un Mundial que multiplica su interés con el debut del asturiano en la escudería más mítica, el regreso de Michael Schumacher o el dúo Hamilton-Button en McLaren

Fernando Alonso posa para los fotógrafos en Bahrein en medio de una gran expectación.
Fernando Alonso posa para los fotógrafos en Bahrein en medio de una gran expectación.
Sebastián Fest (Dpa) / Madrid

12 de marzo 2010 - 05:02

Llega este fin de semana otro Mundial de Fórmula 1, pero no será uno más. Cambia el sistema de puntuación, con 25 puntos para el ganador y uno para el décimo en cada carrera. Cambian las caras y los nombres, con 12 equipos sobre el asfalto. Y cambia el gran premio de apertura, que deja de ser Australia para trasladarse al circuito de Sakhir, Bahrein.

De no haber emergido Schumacher desde su retiro y de no haber fichado Fernando Alonso por Ferrari, se hablaría del inevitable duelo que se planteará entre Lewis Hamilton y Jenson Button, los dos británicos, los dos campeones, los dos en McLaren.

Se hablaría, incluso, de Vitali Petrov, el primer piloto ruso en la Fórmula 1, de Karun Chandhok, el primero de la India, o de Felipe Massa, el brasileño que vuelve a la acción tras su estremecedor accidente el año pasado en el Gran Premio de Hungría. También de la aparición de Corea del Sur como una de las 19 escalas, del regreso de Montreal al calendario o del récord de seis alemanes y tres españoles entre los 24 pilotos.

Pero no. Se habla sobre todo de Schumacher y Alonso. El asturiano vuelve a la vida con 28 años: tras dos temporadas de sufrimiento, tiene con Ferrari la oportunidad de luchar nuevamente por un título mundial.

"Es otra persona", dicen aquellos que ya hace una década que se cruzan al español, revitalizado tras el tenso 2007 en McLaren- Mercedes y el bienio "perdido" en Renault.

Alonso llega a la scuderia, el equipo "en el que siempre quiso estar", según muchos de sus allegados. "Que el equipo sea italiano es un plus por el idioma, la idiosincrasia...", destaca Luis García Abad, el agente de Alonso. "Su estado de ánimo se refleja en las declaraciones. Está muy feliz, relajado".

Muy lejos queda el Alonso entre sarcástico y resignado que el año pasado decía que el problema de Renault estaba "en la aerodinámica o en el piloto". Y más lejos aún el Alonso desafiante, tenso, a veces exaltado del duro año en McLaren.

Todas esas experiencias modelaron su personalidad para bien, admite el español. "Ahora llego más maduro por la experiencia de los años. Tengo más tranquilidad, más paz, estoy listo para cualquier reto", dice. "Ganar un campeonato mundial contra Schumacher tiene más valor", dijo ayer el nuevo hombre de Ferrari en el circuito de Shakhir.

Sus colegas también lo ven en un momento ideal. "El coche rojo le va a la perfección. Él es el piloto perfecto para Ferrari, es exactamente lo que necesitan. Es apasionado y feroz, pero leal como piloto. Es bueno para el deporte tener a Fernando en un Ferrari", analizó el veterano australiano Mark Webber.

Y con el volver a vivir de Alonso se pone en marcha nuevamente toda la "industria" de la Fórmula 1 en España. Si en 2009 el circuito de Montmeló ofreció claros en las tribunas y las audiencias televisivas cayeron, para la temporada 2010 se pronostica un interés récord.

Todo encaja. Así como Alonso necesitaba a Ferrari, Ferrari necesitaba urgentemente un hombre como Alonso. Al equipo del cavallino le sucedió en 2009 algo indigno de su historia: tener un piloto que terminó dos carreras consecutivas en el último puesto. Fue Luca Badoer, eterno probador que ingresó de emergencia tras el accidente de Massa en Hungría, mientras el ansiado regreso del alemán Michael Schumacher fracasaba.

Curioso: ahora sí, Schumacher volverá a correr, pero lo hará en Mercedes. Su butaca natural en Ferrari será ahora de Alonso. El compañero del asturiano será el ya sólido Felipe Massa, también aspirante al título, y la pregunta es si se repetirá la guerra interna de hace tres temporadas en McLaren.

Alonso tiene claro que en la Fórmula 1 hay que ser tan rápido como paciente. "Ganar en Bahrein es mi objetivo prioritario, pero no es una carrera a vida o muerte, no me obsesiona", dijo recientemente. Lo que importa, añadió, es tener claras las claves para ganar. Y él tiene una: las salidas. "Siempre es un momento crucial en el que hay que tratar de adelantar todo lo que puedes, porque luego es muy complicado", admite.

Ross Brawn, el mago que llevó a Brawn GP a un inopinado título en 2009, confía ahora en sorprender en Mercedes como ya lo hizo hace 12 meses con sus polémicos difusores. Cuenta con su maestría técnica y la pericia al volante del Kaiser, Michael Schumacher.

En McLaren están satisfechos con la respuesta de su monoplaza, pero su alerón trasero despierta recelos sobre su legalidad. Hamilton (campeón de 2008) y Button (2009) no paran de intercambiarse flores, filtran que fueron a cenar juntos con sus familias o que uno recomendó al otro para el puesto. Hasta juguetearon en público como viejos amigos íntimos. Necesitan demostrar que se llevan bien, el gran desafío de McLaren después de aquel 2007 de luchas intestinas entre Hamilton y Alonso.

Alonso, Schumacher, Hamilton, Button... y hasta Vettel, con su competitivo Red Bull, aparecen en las apuestas como aspirantes al título en un Mundial revitalizado, que recobra su interés entre regresos, cambios de escudería y los inefables cambios técnicos y de reglamento. Telón arriba...

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