Cádiz CF

Pesadilla en Vallecas de un pésimo Cádiz CF (3-1)

  • El conjunto amarillo se ve superado de principio a fin por un rival directo

Salvi intenta escaparse de Trejo.

Salvi intenta escaparse de Trejo. / Juanjo Martín/Efe

El Cádiz CF se la pegó en Vallecas. Tres días después de la alegría ante el Barcelona, cayó frente al Rayo Vallecano en encuentro mucho más importante que el anterior al tratarse de una cita con un rival directo en la lucha por la permanencia.

El equipo no estuvo a la altura de la relevancia del partido y se vio superado de cabo a rabo por un recién ascendido que fue superior y además contó con un estrella: Radamel Falcao. El Cádiz CF salió con Andone. La diferencia fue abismal. Y lo peor, un rival directo pasó por encima de un conjunto gaditano empequeñecido.

No hizo méritos el conjunto amarillo para nada más que una derrota merecida que le sitúa en la dura realidad. Mala pinta la del equipo amarillo, que apenas existió en ataque y una vez más pagó con creces su obsesión defensiva. De poco vale el entramado destructivo si recibe tres goles y además arriba muestra la inocencia de un equipo infantil.

La cercanía del anterior envite ante el Barcelona condujo a Alvaro Cervera a realizar media docena de rotaciones, con la principal novedad de la primera titularidad de Florin Andone, el único delantero en un once inicial con un trivote, incluida la presencia del juvenil Álvaro Bastida.

No hubo ni segundos de tanteo en un duelo de alta intensidad desde el pitido inicial. El plan del Cádiz CF, que siempre gira en torno a la estructura defensiva, saltó muy pronto por los aires, en la primera llegada de los locales.

Demasiado fácil lo pusieron los visitantes en el minuto 9. Óscar Trejo entró por la derecha como Pedro por su casa, se internó en el área y la zaga cadista, muy pasiva, concedió dos remates. El de Radamel Falcao lo repelió Jeremías Ledesma y el rechace lo cazó Álvaro García, más rápido que Carlos Akapo, para empujar a placer el cuero al fondo de la portería y poner el 1-0. El utrerano no lo celebró por el grato recuero que guarda de su pasado cadista.

Los errores y los aciertos forman parte del fútbol. Los amarillos fallaron y los de casa dieron en la diana. Le tocó remar a contracorriente a un equipo no acostumbrado a llevar el peso en el juego. Le costó hasta que, al igual que su adversario, logró el empate en su primer tiro dirigido a puerta que fabricó en una acción a balón parado.

Esta vez si acertaron los gaditanos desde el origen hasta la ejecución del gol. Tomás Alarcón metió el esférico en el área en el lanzamiento lejano de una falta, Jonsson superó a dos defensas en el saltó y prolongó de cabeza para que Varazdat Haroyan, completamente solo, remató de volea a bocajarro para batir a Dimitrievski.

El gol fue anulado en un principio porque el auxiliar de banda levantó el banderín al entender que el armenio estaba en fuera, pero terminó por subir al marcador en el 24 una vez que desde el VAR tiraron las líneas y comprobaron que la posición del zaguero era correcta.

El primer tanto como cadista de Haroyan, que supuso el 1-1, devolvió el partido a la casilla de salida pero con el Rayo más decidido en ataque. La iniciativa correspondió a los madrileños, crecidos en la recta final de la parte ante un Cádiz CF que nada hizo más allá de defenderse, eso sí, armado hasta los dientes, aunque con una vía de agua por la izquierda que deparó consecuencias negativas.

En el 40, Isi metió el susto en el cuerpo con un testarazo que hizo que el balón se escapase muy cerca de un poste. Pero lo peor estaba por llegar al filo del descanso con una jugada muy parecida a la del 1-0. El Cádiz CF tenía dos laterales en la banda izquierda convertida en un coladero. En el 43, Balliu encontró un pasillo hasta la línea de fondo y centró al interior del área, donde Falcao demostró sus dotes de goleador y se adelantó a Haroyan para rematar en boca de gol y poner el 2-1.

Los amarillo sufrieron un golpe psicológico justo antes del intermedio que les obligaba a reaccionar en la reanudación. El primer paso lo dio el entrenador con la entrada de Álvaro Jiménez y Rubén Sobrino en lugar de Arzamendia y Jonsson para esbozar un 4-4-2

No se notó qué equipo necesitaba más el gol. El perdedor no atacaba y era el ganador el que buscaba el tanto de la sentencia. En el 53, Ledesma evitó el el tercero con una buena parada tras un cabezazo de Isi. En el 54, atrapó el cuero después de un testarazo de Falcao. Y el 56, paradón del arquero tras un nuevo remate del colombiano. Los locales arrollaban. Los visitantes, como corderitos, incapaces de hacer el más mínimo daño en ataque.

El Cádiz CF no se enteraba de nada, acobardado ante Rayo valiente que demostraba no tener miedo a nada. Una enorme diferencia entre un equipo y otro. Los cambios no surtían efecto y los segundos empezaron a correr en contra de un equipo sin pólvora.

La penúltima carta fue la apuesta por Lozano y Negredo en punta y Sobrino como pareja de Tomás Alarcón en la a media. Todo ello como más de 20 minutos por delante en busca al menos de un remate que parecía imposible.

Por fin lo hizo en el minuto 75, por medio de un testarazo de Espino que estrelló el balón el poste. Una ocasión que fue el anunció de la intentona en los minutos, con la línea defensiva adelantadasy esta vez sí el motor del ataque activado. Cala y Haroyan cabecearon fuera tras un par de saques de esquina y Alberto Perea fue el último recurso desde el banquillo, con Salvi en el lateral izquierdo.

No hubo lugar a la reacción. En el 87, Isi redondeó su tarde de gloria con un golazo que marcó con un zurdazo desde la frontal del área. 3-1 y partido finiquitado. El marcador pudo ser más abultado porque Comesaña remató al palo en la prolongación.

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