Cádiz CF

El árbitro y los errores condenan al Cádiz CF (3-1)

  • Un penalti inventado por el colegiado condiciona a un equipo gaditano que además falla una pena máxima y no acierta en las áreas

Akapo se anticipa a Marcone en la pugna por el balón.

Akapo se anticipa a Marcone en la pugna por el balón. / Manuel Lorenzo/Efe

El Cádiz CF encadenó su tercera derrota consecutiva con la que dio un paso más hacia Segunda División. El conjunto gaditano cayó en el terreno del Elche (3-1) después de tener sus opciones que no aprovechó. El equipo está en la peor dinámica posible. No le sale nada y el rival no falla.

No mereció semejante castigo un Cádiz CF que no parece tener recursos para revertir la situación, pero la justicia en el fútbol se escribe con aciertos. Y no acertó, ni siquiera de penalti. Y para colmo, el árbitro fue un enemigo. Se inventó un penalti en contra que condicionó el desarrollo del encuentro. Lo demás fue achacable a un equipo que si no puerta es imposible que aspire a un buen resultado.

El Cádiz CF quiso pero no pudo, quizás porque no da para más. Llevarse tres goles de un rival directo es un palo muy duro. El Elche tuvo el acierto que le faltó a un cuadro gaditano que desprender un preocupante aroma a Segunda. Esa es la triste realidad. Si no puntúa ante un contrincante de su nivel, apaga y vámonos.

El choque arrancó con un tempranero aviso de los locales a través de un disparo al poste de Lucas Boyé en el minuto 4. No fue un buen comienzo para los amarillos, ataviados en este caso con equipación azul de arriba abajo. El proyecto de Francisco Rodríguez dio sus primeras puntadas con un ritmo muy alto y querencia por el balón, al que renunciaron los foráneos.

Tan mal empezó el Cádiz CF, un juguete en manos de su adversario, que antes del primer cuarto de hora ya iba por debajo en el marcador. En el 13, Fidel transformó el penalti que sólo existió en la imaginación del colegiado Muñiz Ruiz. Un leve contacto entre Víctor Chust y Lucas Pérez en una esquina del área recibió el máximo castigo. Increíble pero cierto. No era fácil jugar contra 12.

No había falta por ningún lado pero el árbitro debutante en Primera no lo dudó un instante y desde el VAR no entraron a valorar la jugada al ser una interpretación del juez de la contienda. El 1-0 fue un duro golpe. Una vez más, no consiguió cerrar la portería.

Un grave error del trencilla de turno puso cuesta arriba el partido desde el principio, con tiempo de sobra para reaccionar aunque con la losa de un gol en contra, la peor noticia para un equipo frágil como es a día de hoy el Cádiz CF.

Los visitantes habían renunciado al cuero desde el pitido inicial pero ese tanto por un capricho arbitral cambió pronto el decorado. Si hacer nada del otro mundo, trataron de responder y en el 23 desperdiciaron la oportunidad de empatar. Iza Carcelén soltó un misil desde fuera del área, rechazó el esférico Edgar Badía y cuando Lozano se disponía a rematar en boca de gol recibió una patada de Roco.

Esta vez sí fue clarísimo el penalti, señalado por Muñiz Ruiz, pero Álex Fernández no estuvo nada fino y su lanzamiento desde los once metros se encontró con la ágil respuesta del portero. El medio ajustó tanto su lanzamiento que el balón se estrelló en el poste. Casi lo tocó antes Edgar Badía, que había adivinado la dirección. 

No estaba la cosa para fallar un penalti en un partido de alta tensión, sobre todo un equipo al que le cuesta la misma vida generar peligro en el área. Akapo lo intentó poco después con un tiro que salió desviado y más tarde con un derechazo lejano con el balón a las manos del arquero.

Y poco más en la primera mitad. El Cádiz CF, más allá del penalti fallado, no dio señales de poder hacer mucho más en ataque. Ni en el plano colectivo ni en el individual. Atrapado en las redes de un rival que mordía en cada acción, no le quedaba otra que dar un paso adelante en la reanudación para al menos evitar la derrota.

Muy mal salieron los gaditanos en la segunda parte, como si no se jugasen nada. En el 46, la pasividad defensiva dejó solo a Fidel delante de la portería. Parecía fácil marcar de cabeza, pero se equivocó y mandó la pelota fuera.

Si libró de milagro un Cádiz CF que de nuevo jugó con fuego. Y el que falló poco después fue Sobrino. Completamente solo dentro del área, cerca de la portería y con tiempo para pensar, pero con un remate impropio de un futbolista de Primera envió el cuero al lateral de la red (minuto 50).

El partido se volvió loco, con idas y venidas y espacios en las dos zonas. En el 55, Lozano soltó un cañonazo desde el balcón de área que llevó el balón hasta el larguero. Una nueva ocasión sin un feliz desenlace. Los de Álvaro Cervera no terminaban de aprovechar sus ocasiones.

Los locales, con el marcador y el tiempo a favor, dieron un paso atrás los visitantes no dejaron de intentarlo. El árbitro volvió a perjudicar a los visitantes tras perdonar la expulsión a Marcone al no mostrarle la segunda cartulina en el 62 por una entrada por detrás a Lozano. Qué mal árbitro Muñiz Ruiz.

Pese a ir perdiendo, Cervera tardó en mover el banquillo. Al fin se decidió por Negredo con algo más de 20 minutos por delante. Una apuesta ofensiva, con el madrileño junto al Lozano en punta y Sobrino en la derecha.

El juego se embarulló en la recta final, con los nervios a flor de piel y un árbitro sin saber qué pitar. El Cádiz CF lo intentó con sus limitaciones, pero se topó con la triste realidad. En el 74 murieron sus posibilidades de puntuar. Gumbau metió un pase en profundidad a Tete Morente ante la pasividad de Espino, el linense controló el cuero dentro del área, regateó a Ledesma y marcó a puerta vacía. 2-0 y partido finiquitado.

Cuando despertaron los visitantes ya era demasiado tarde. En el 90, Álex Fernández cabeceó al fondo de la portería tras un saque de esquina. 2-1. Con tres minutos de alargue, no le dio para más porque Josán, en un contragolpe, puso el 3-1 definitivo en el 92.

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