Revolución en el Club Naútico
Cádiz
La entidad comienza una profunda remodelación de su actividad y de sus instalaciones para ampliar la práctica deportiva e impulsar el área social
Hasta ahora venía a ser un espacio alejado de la ciudad donde centenar y medio de personas tenían unas instalaciones poco utilizadas y que servían de complemento al atraque de sus embarcaciones náuticas. Pero el Club Náutico acaba de virar su rumbo hacia un futuro mucho más intenso y lleno de vida. El histórico club, que el pasado año celebró su 150 aniversario, ha rejuvenecido la masa social en los últimos meses, con un proyecto claro de ampliar de manera rotunda la actividad deportiva y de explotar también el componente social dando el máximo aprovechamiento posible a las instalaciones situadas en Puerto América.
El primer paso que ha dado el club de cara a esa revolución es el del aumento de socios y su rejuvenecimiento. De 160 que existían hace unos meses se ha pasado actualmente a los 360 socios, cifra que sigue aumentando en su mayor parte por familias jóvenes con niños pequeños. “El club tiene buenas instalaciones, le faltaba actividad; y ahora hay una gran oportunidad para ello”, explica el actual secretario de la entidad y uno de los líderes del proyecto en el que ya está trabajando el Náutico de Cádiz, Juan Manuel Pérez Dorao.
Entre las actividades que están ya en marcha, aprobadas o proyectadas actualmente enumera Pérez Dorao la escuela de vela que se mantendrá prácticamente durante todo el año; remo, “que está pegando mucho” y que se va a practicar en las modalidades de banco móvil y de banco fijo; kite surf; paddle surf; kayak de mar, con unos cursos que comienzan el último fin de semana de junio; o submarinismo, entre otras muchas iniciativas que están surgiendo.
A estas actividades de nueva implantación se sumarán las regatas habituales, que también van a cobrar mayor periodicidad, recuperando eventos como la Regata Grandes Ciudades Constitucionales que se celebró entre 2008 y 2012 entre Cádiz y el puerto de Gallineras, en San Fernando; o suscribiendo convenios como el de la Flota Snipe para el calendario de regatas de vela ligera.
Pero posiblemente lo que más va a llamar la atención del futuro Club Náutico es la reordenación de las instalaciones y los nuevos proyectos en los que ya se están trabajando. Empezando por una zona de juegos infantiles que tendrá 100 metros cuadrados y que estará abierta en breve; y siguiendo por una piscina que a día de hoy es una idea que se está proyectando “pero una apuesta firme que queremos llevar hacia adelante”. Un salón de celebraciones con licencia para actos con un aforo sentado de 300 personas, la rehabilitación del viejo edificio de la Comisión Naval (contiguo a las instalaciones del Náutico) para ser usado como sede de muchas actividades náuticas, la ampliación de los puntos de atraque y la restauración de los existentes actualmente, o la construcción de una marina seca para estibar barcos en tierra de un porte considerable son otros de los proyectos que están ya en marcha.
Todos estos proyectos tienen un punto en común: fomentar que las instalaciones del club se conviertan en un lugar de encuentro para los gaditanos –niños, jóvenes y mayores– pudiendo disfrutar de una muy variada oferta de actividades y deportes durante todo el año. Recuperar, en definitiva, el espíritu que reinaba en ese antiguo Club Náutico que se derribó en su día para levantar el actual IES Cornelio Balbo.
Y de cara al futuro, el club ha iniciado conversaciones con la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz motivadas por el interés de “integrar nuestras instalaciones en todo el desarrollo que se vaya a hacer en Puerto América y la Punta de San Felipe”, explica Pérez Dorao.
Con toda esta carpeta de proyectos y con una masa social cada vez más numerosa y social, el club que acaba de cumplir 150 años mira al futuro con mucha ilusión y fortaleza. El rumbo de la entidad ha virado 180 grados, y ya navega con velocidad de crucero hacia el futuro deseado.
Un cambio de mentalidad que ha llevado años
Lo que ya ha ocurrido y está ocurriendo en el Club Náutico de Cádiz no es una casualidad, ni es una idea que haya fraguado de una manera sencilla. El proyecto de permitir la entrada de decenas de socios nuevos, en su mayoría familias jóvenes, y plantear nuevos equipamientos destinados al uso social además del náutico–deportivo es una cuestión que un grupo de socios lleva peleando años, y que incluso ha motivado algún que otro proceso judicial ya superado. “Nos ha llevado varios años conseguirlo. No había interés por abrirse a la ciudad y ha habido que empujar mucho para conseguir que el cuerpo social del club cambiara de opinión y se abriera a un perfil de socio que no sólo busca actividades náutico–deportivas sino también un componente social”, explica Pérez Dorao.
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