La bandera de los primeros colonos de Astilleros

Cádiz Norte, Cádiz Sur | Cristóbal Cornejo Benítez

Fue durante 14 años presidente de los vecinos del barrio más joven de Cádiz

Acabó viviendo en los terrenos en los que pasó su vida trabajando

Luis Arenal en el Paseo Príncipe de Asturias del barrio de Astilleros.
Luis Arenal en el Paseo Príncipe de Asturias del barrio de Astilleros. / Lourdes De Vicente

El perfil: Con raíces cántabras

Nació en Cádiz el 28 de diciembre de 1946, en unas casas existentes en lo que hoy es la entrada del hospital Puerta del Mar, zona llama entonces Vistahermosa. Estudió en las Escuelas de la Sagrada Familia-Padre Villoslada y el Bachillerato, por libre, en el Instituto Santa María del Rosario, a la vez que ayudaba a su padre, cántabro de nacimiento, en el ultramarinos Las Cinco Puertas, en la esquina de las calles Sopranis y Amaya. Después de trabajar como comercial de seguros, su amistad con un cliente, dueño de contratas, le llevó a trabajar en Astilleros, siempre en oficinas y jubilándose por enfermedad a los 57 años como responsable de compras del Departamento de Aprovisionamiento hasta su jubilación. Poco antes se mudó al barrio de Astilleros, donde ha sido presidente de la asociación de vecinos durante 14 años. Está casado con Ángeles Catena Martínez. Tienen dos hijas, Raquel y Nuria, y una nieta llamada Cecilia.

Fue en el año 2001 uno de los primeros colonos del barrio de Astilleros, hasta entonces terrenos ociosos. Una de las promociones de VPO reunió en la zona a ex trabajadores de la industria naval, de ahí que, a esos bloques de avenida de las Cortes, les llamen los pisos de Astilleros. Lo que son las cosas: operarios que acabaron viviendo sobre los terrenos en los que trabajaron durante tantos años. Se mudó en 2001. “Tuvimos que hacer las mudanzas entre arenas. Había muy poco sitios urbanizados”, cuenta. Luis Arenal no había tenido contacto alguno con el movimiento vecinal. Hasta que llegó a este joven barrio y comprobó que quedaban muchas cosas por hacer y por reivindicar. “Fue mi hija Raquel la que creó la asociación de vecinos en octubre de 2002. Ella hizo de presidenta provisional hasta que celebramos las primeras elecciones en 2003. Salí de presidente y estuve 14 años. Nunca me gustaron los mandatos por más de dos legislaturas, pero me veía obligado porque nadie quería dar el paso”, relata.

No era una tarea fácil coger las riendas de una asociación de vecinos en un barrio sin terminar. “Había que acabar la urbanización y eliminar la arena sobrante de la obra del soterramiento que nos habían colocado detrás, donde hoy día están las torres y la piscina”, dice Arenal. Recuerda que se consiguieron muchas cosas como el parque Celestino Mutis. “Queda la espinita del Centro de Interpretación del Segundo Puente, que se aprobó en un pleno municipal y aún no se ha puesto en marcha por parte del Ayuntamiento. En Madrid debe estar todo el material que explica cómo fue la obra. Y la maqueta”, afirma. Sobre la magna obra, Arenal admite que “ha mejorado la ciudad porque ha repartido el tráfico, pero sigo diciendo que el transporte pesado que viene de este acceso no debe pasar por la avenida de las Cortes. En su día solicitamos que se desviara por la avenida de Huelva buscando la avenida Juan Carlos I. Pero claro, para eso tendrían que haber tirado ya los pisos de Cooperativa y hacer la avenida transversal”.

"Queda la espinita del Centro de Interpretación del Segundo Puente, que se aprobó en un pleno municipal y el Ayuntamiento aún no lo ha puesto en marcha"

A juicio de Luis Arenal, más de 15 años después Astilleros mantiene un problema: la falta de aparcamiento. “Se quedó pendiente un estacionamiento en superficie que proyectamos detrás del parque de bomberos. 404 plazas divididas en dos plantas. Para sacar algunas a la venta para los vecinos y dotar al barrio de aparcamientos rotativos, que es el gran problema que tenemos”, indica. Añade que “sin estacionamientos es imposible venir a Astilleros. Y con esto, el comercio se resiente mucho, pues se ve obligado a vivir prácticamente solo de las compras de los vecinos”.

En estos años no ha sido fácil la relación de la asociación vecinal con los políticos. “Ha sido una pelea constante con el Ayuntamiento de cualquier signo. Y también con la Junta o el Gobierno central”, aclara. Su condición, que no esconde, de socialista le trajo algún que otra enfrentamiento con el poder. “Yo soy del PSOE de toda la vida, pero jamás he actuado de forma partidista. Es más, al PSOE le hemos reclamado muchas cosas, como el agravio comparativo que supone que en Astilleros paguemos el mismo IBI los propietarios de pisos VPO y los de renta libre”, argumenta. En cuanto a los gobiernos locales, Arenal estima que “ni PP ni Podemos han hecho lo que debían con los barrios de Cádiz. No nos ha ido bien con ninguno de los dos”, señala.

"Ni PP ni Podemos han hecho lo que debían con los barrios de Cádiz"

En la actualidad, la relación entre el Ayuntamiento y las asociaciones de vecinos no pasa un buen momento. Según Arenal es porque Podemos “quiere gobernar los barrios. Y ha hecho menos caso a los vecinos que el PP, todo hay que decirlo. Es un gobierno débil, sin mayoría, que sin embargo no quiere apoyarse en las asociaciones de vecinos, que son las que tienen la información directa de lo que quieren los ciudadanos”. Sale a colación las diferencias existentes en estos días entre el equipo de Gobierno y los colectivos vecinales por el Reglamento de Participación Ciudadana. Arenal, que pertenece a la comisión de elaboración del documento, destaca que “queríamos modificar el anterior, que estaba desfasado. La edil María Romay quiere uno nuevo y entendemos que no hace falta. No procede. Ellos ven otras cosas que no nos explican”.

Luis Arenal sigue ligado al movimiento vecinal. “Ahora estoy en la Federación 5 de Abril como representante vecinal del Consejo Territorial de Participación Ciudadana de Cádiz y la campiña de Jerez”, dice. Y por vivirlo de cerca lamenta que “hay más movimiento vecinal en la provincia que en Cádiz”. No dejará nunca defender las causas de los barrios y sus gentes. Por eso echa la vista atrás a su periodo como presidente de Astilleros y concluye que “de lo que más me siento orgulloso es de la colaboración y el apoyo de los vecinos del barrio”.

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