Escepticismo en el PSOE andaluz ante la 'renuncia' de Pablo Iglesias
Sánchez gana tiempo de cara al comité federal del sábado y deja claro que el congreso se retrasa hasta que haya un Gobierno.
Él mismo se nombró vicepresidente y él mismo renuncia. Ésa es la escueta lectura que hacen en la dirección del PSOE andaluz sobre la reunión de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias: el líder de Podemos retira su demanda personal de ser vicepresidente del Gobierno, pero la presencia de los morados sigue siendo incompatible con Ciudadanos, un partido que condiciona cualquier acuerdo a una defensa activa de la unidad de España. El escepticismo que mostraron ayer algunos de los dirigentes andaluces sobre el encuentro de los dos líderes se vio respaldado por la declaración de José Manuel Villegas, portavoz de Ciudadanos, que aclaró que prefería la repetición de las elecciones a tener que votar a un Gobierno integrado por ministros de Podemos. En cualquier caso en Andalucía, preferirían un Gobierno de PSOE y Ciudadanos a otro con Podemos. Es más, en alguna ocasión, el número dos del PSOE andaluz, Juan Cornejo, se ha mostrado en contra de esta opción. Sirva de ejemplo de esta desconfianza las declaraciones del portavoz parlamentario socialista, Mario Jiménez, que acusó a Podemos de utilizar la violencia como instrumento para hacer política. Se refería de este modo a la defensa que los morados han hecho del concejal jiennense Andrés Bódalo, que ayer ingresó en prisión condenado por agresiones a un edil socialista de Jódar. La brecha entre los socialistas y podemitas en Andalucía no parece que disminuya de dimensión. No obstante, Mario Jiménez pidió a Podemos que no boicotee un Gobierno del cambio.
A pesar de este escepticismo, Pedro Sánchez ha conseguido volver a hacerse con el balón de la política española para afrontar el decisivo mes de abril, vuelve a repartir juego entre Podemos y Ciudadanos, mientras Mariano Rajoy y el PP siguen sólo pueden permanecer como meros espectadores. Esto, en principio, beneficia a Sánchez de cara al comité federal del PSOE del próximo sábado, cuando se debe decidir el aplazamiento del congreso fechado este mes de mayo. En su rueda de prensa en el Congreso, el secretario general sostuvo que el congreso se aplaza "hasta que haya Gobierno en España"; no tiene, por tanto, fecha.
La Ejecutiva ha enviado una resolución a los miembros del comité en el que propone este aplazamiento sine díe y deja claro que es a la dirección a la que le corresponde proponer y al comité, decidir. La misiva cita los artículos de los estatutos del PSOE que separan estas funciones, la de proponer y la de disponer, una aclaración que no es común y que ya muestra una intencionalidad por parte de la dirección.
Algunos dirigentes del PSOE andaluz esperaban que el comité federal decidiese el aplazamiento y colocase una fecha de celebración. Quizás julio. Sin embargo, desde la dirección andaluza se explicó que aún no se ha tomado esta decisión, aunque de aquí al sábado aún puede surgir alguna discrepancia con Ferraz. Mario Jiménez abundó en ello al explicar que "será el comité federal el que determine cómo se produce ese aplazamiento, si es a fecha cierta o si es vinculado a un hito como la formación de Gobierno". La resolución de Ferraz, sin embargo, sostiene lo contrario, que al comité le corresponde rechazar o aprobar el retraso tal como propone la Ejecutiva. No cabría otra fórmula.
Una vez conseguido el retraso del congreso, la nueva fecha tampoco debería de ser motivo de polémica, toda vez que la intención de Ferraz parece compartida al sacar el cónclave de cualquier proceso electoral o de negociación. Sin embargo, las aguas siguen bajando revueltas.
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