Mientras se prepara su reforma para el Bicentenario de Las Cortes que la ciudad conmemorará el próximo año -como uno de los edificios más destacados de la Ruta constitucional- la Delegación Provincial de Cultura afronta los últimos trámites administrativos para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de monumento a la Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo.

La Consejería acaba de someter a información pública el referido expediente, que estará expuesto durante el plazo de un mes -ayer fue publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA)- para que puedan presentarse las alegaciones oportunas.

Se trata, según informó la Delegación Provincial de Cultura, de uno de los últimos pasos administrativos previos a la declaración BIC del céntrico templo y a su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz con dicha catalogación.

Fue en mayo de 2008 cuando la Dirección General de Bienes Culturales inició el expediente para la declaración BIC de la Iglesia Mayor Parroquial. La resolución coincidió con el anuncio realizado por el Consorcio para el Bicentenario de Las Cortes y la Constitución de 1812 de que el templo -lugar que en la histórica jornada del 24 de septiembre de 1810 acogió el juramento de los diputados llamados a Cortes- sería reformado de cara a la importante efeméride del Diez.

La intervención prevista, de hecho, roza el medio millón de euros y el proyecto está a punto de ser entregado a la Delegación Provincial de Cultura para que ésta le dé su visto bueno y pueda ser licitado y adjudicado por el Consorcio, trámites que se prevén abordar a lo largo de los primeros meses de 2009 para que las obras puedan ejecutarse y, sobre todo, estar terminadas para el 2010.

La declaración BIC del conocido templo isleño afecta también al entorno y conlleva -tal y como se recoge en el expediente que ahora ha sido sometido a información pública- la suspensión de las correspondientes licencias de parcelación, edificación y demolición en todas las zonas afectadas así como de los efectos de las ya otorgadas. Además, puntualiza el documento, las obras que por razón de fuerza mayor hubieran de realizarse en tales zonas con carácter inaplazable deberán contar en todo caso con la autorización previa de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico.

El entorno afectado por la declaración de la Iglesia Mayor como Bien de Interés Cultural incluye la céntrica plaza de la Iglesia al completo, los tramos de la calle Real en los que se sitúa el templo, las calles San Pedro Apóstol, Capataz Nicolás Carrillo (anteriormente denominada Soldado de Infantería de Marina Pérez Murga), parte de Benito Pérez Galdós y de San Vicente (en la trasera del edificio).

La delimitación BIC, claro está, incluye también la totalidad de este inmueble, propiedad de la Iglesia diocesana, incluidas las tres naves, crucero, presbiterio y las capillas adosadas en sus laterales, así como la sacristía y demás dependencias parroquiales y también de la cripta conocida con el nombre de la santa cueva, que también será reformada con la intervención prevista para el 2010.

Pero no sólo la propia Iglesia será reformada para el próximo año. Tanto la plaza de la Iglesia como los tramos próximos de la calle Real serán completamente transformados en cuanto pase la Semana Santa, a principios del próximo mes de abril, dentro de las obras de reurbanización que se están acometiendo en toda la arteria principal de la ciudad con motivo de las obras del tranvía metropolitano.

La plaza de la Iglesia, de hecho, constituye uno de los cuatro espacios públicos -junto a las plazas del Carmen y del Rey y a la alameda Moreno de Guerra- que se incluye en esta ambiciosa actuación. Además, en esta céntrica plaza -que forma parte del entorno BIC de la Iglesia Mayor- se prevé también la colocación del Monumento al Bicentenario de Las Cortes, la escultura icono de la efeméride del Diez para la que el Ayuntamiento ha convocado un concurso internacional de ideas que se fallará en los próximos meses.

En cuanto a la reforma planteada para el próximo año, el arquitecto isleño Javier Villarmín está dando los últimos retoques al proyecto para entregarlo a la Delegación Provincial de Cultura. Una vez que ésta dé su aprobación a la actuación, el Consorcio licitará y adjudicará las obras. La intervención propone fundamentalmetne recuperar el aspecto que el templo ofrecía a principios del siglo XX -devolviéndole a la fachada el color almagra que se aprecia en las históricas fotografías de la época- y subsanando problemas y deficiencias interiores ocasionadas por el paso del tiempo, además de introducir un nuevo proyecto de iluminación artística.