TRADICIONALMENTE ha habido en otras épocas en El Puerto muy buenos pregoneros. Estaban 'El tío de Lamericá' con sus ricos merenguitos (qué ricos, qué buenos están), 'El Guarigua y sus acemitas', el de la 'reolina y siempre toca' y, por encima de todos ellos, estaba el rey de los pregones, es decir, el señor que hacía, pregonaba y vendía sus arropías, un dulce de azúcar exquisito. Se asombrarán ustedes si les digo que ahora en El Puerto se vende o está en venta una cosa sorprendente que a ti, amigo lector, lo mismo que a mí te va a dejar patidifuso y boquiabierto. Se vende, así como suena, una factoría entera en plena fase de producción y, por lo tanto, en perfecto estado de revista. Se llama Visteon, conocida popularmente como 'La fo' y fabrica componentes electrónicos para coches y sus productos se venden en el mundo entero. Esta factoría en el polígono industrial del IFA, en la Carretera de Sanlúcar, tiene de todo: robots, ordenadores, computadoras, máquinas automáticas de precisión y ajuste, etc. Y lo más importante. Tiene un personal altamente cualificado que puede fabricar cualquier cosa. Entonces, ¿por qué se vende?. Me preguntarán ustedes y con razón: ¿Es que los dueños, es decir, los americanos están tontos?. Nada de eso amigos míos. Se vende esta fábrica, o factoría, o como ustedes gusten llamarla, porque los dueños, es decir, los americanos trasladan esta factoría a Polonia por efecto de la llamada 'deslocalización' (movimiento que realizan algunas empresas trasladando sus centros de trabajo en países desarrollados a otros con menos coste para ellos, generalmente al tercer mundo). Ese y no otro es el caso de Visteon.
He citado anteriormente, al empezar el artículo, a algunos pregoneros famosos que vendían sus productos en la calle. Me gustaría contar con todos ellos, cosa imposible, pues ya murieron hace tiempo para poder pregonar y vender Visteon y que lo compraran empresarios españoles y lo pusieran en marcha, para así continuar con los puestos de trabajo pues ya digo que estos hombres están preparados para hacer cualquier cosa. Y así, uniríamos lo tradicional con lo moderno en una simbiosis que llamaría la atención y con el dominio del mercado que tenían aquellos vendedores antiguos la Visteon seguro que se vendía y se ponía en marcha.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios