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Su propio afán

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La burra led

RECUERDO chistes que me contaron en mi infancia por la lección que me dieron y no tanto por la gracia que me hiciesen. O sea, que en mi memoria prima lo pedagógico a lo saleroso. El chiste viejo cuya lección traigo hoy a colación no es desternillante -para nada-, pero ofrece una clase de lógica elemental. Es el de aquél que dice que quiere vender su burra, porque está coja, es terca, muerde, no trabaja y come sin pausa. El amigo le contesta: "Los motivos están claros, pero tú la burra no la vendes…"

A David Navarro, concejal de Economía, Hacienda y Deuda del Ayuntamiento de Cádiz, o nunca le contaron ese chiste o su memoria es más exquisita que la mía y sólo archiva los chistes buenísimos, y no los útiles o convenientes. Porque el hecho palpable es que quiere vender las pantallas LED exactamente igual que el tío de la burra. Quiere privatizarlas, sí, y parece que con urgencia, pero argumentando que "cuestan mensualmente una verdadera barbaridad", así, de sopetón, como para animar a la inversión privada. Y no contento, Navarro insiste y precisa que el coste de estas pantallas es "bastante desproporcionado" si se sopesa su utilidad. A lo que hay que añadir la que llevaban dando contra las pantallas desde siempre de Kichi abajo todos. Así no venden éstos la burra de las pantallas LED en toda la legislatura.

Con independencia de que conociera o no el chiste de la burra, David Navarro no es tan burro. Es que le puede la querencia ideológica. Aunque él puntualice que, "se crea o no, el término privatizar no lo tenemos como tabú en nuestro diccionario", lo cierto es que no lo escogerían como la palabra más bonita de la lengua española. Sus tics políticos hacen que, antes de privatizar cualquier cosa, se sientan en la obligación moral y tal vez también en la electoral de destacar que esa cosa es malísima y que, por tanto, no vale para el sector público ni para el servicio ciudadano. Lo cual, para calmar sus conciencias, puede ser mano de santo, pero como estrategia de marketing deja mucho que desear.

Como tampoco van a ir ni David Navarro ni José María González contra sus naturalezas de izquierdas, no veo más solución, si quieren dar el pase a las pantallas LED, que comisionen la venta o la privatización a Teófila Martínez y a Bruno García. Ellos creen en el producto, por un lado, y son partidarios de las privatizaciones, por otro. Las colocaban en un parpadeo.

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