Unidad contra el terrorismo

No era el momento de un ajuste de cuentas político, sino de solucionar el caso con pragmatismo

Hasta en las mayores desgracias puede haber detalles positivos. Se está viendo estos días, tras los ataques terroristas de Barcelona y Cambrils. La conmoción ha sido tan fuerte que se han aparcado diferencias. Esas imágenes de Mariano Rajoy y Carles Puigdemont reunidos, cuando hasta hace poco no tenían tiempo ni para hablar por teléfono. Esa reunión del Pacto Antiterrorista en Madrid, a la que no sólo acudieron el PP, el PSOE y Ciudadanos, sino que asistieron Podemos y el PNV, además de los nacionalistas catalanes de la ex Convergencia y hasta de ERC. Sólo faltó Bildu, quizá por cuestiones de estética. Todo perfecto. Aunque no hay que hacerse ilusiones, porque el tiempo pasará y los duelos se olvidan.

Asistimos con sorpresa a lo que debería ser normal. Los políticos de España y sus nacionalidades plurinacionales se deberían dedicar a resolver los problemas de los ciudadanos. Por el contrario, se dedican a sus intereses, lo que implica justo lo contrario: crear más problemas a los ciudadanos. Sólo cuando les entra el miedo, se comportan con sentido común.

En este caso, se han minimizado errores de manual, como no enterarse de que el imán de Ripoll creaba una célula terrorista con 11 chavalotes, siguiendo el espíritu de los atentados de Atocha para elaborar explosivos. Estaban todos distraídos. Se hablaba de la Guardia Civil en El Prat para solventar un conflicto laboral, y de los cambios en los Mossos para la consulta independentista. Confusos, como Ada Colau, una alcaldesa que no quiso blindar las Ramblas, por un exceso de confianza. Sin embargo, no era el momento de un ajuste de cuentas político por esos fallos, sino de solucionar el caso con pragmatismo.

Ahí tenemos a los Mossos d'Esquadra, ahora heroicos. Han abatido a seis terroristas (seis) con toda naturalidad. Menos mal que a nadie se le ha ocurrido decir que son unos asesinos, como sucedía con la Guardia Civil o la Policía Nacional en los tiroteos contra etarras. Por supuesto, es preferible no matar a nadie, pero en situaciones extremas hay que elegir entre la vida de los buenos y los malos. Ya sé que es muy duro y peligroso decir eso. Ellos son los malísimos, no se confundan. El pájaro asesino que huyó en las Ramblas también se escapó en la Operación Jaula de la Diagonal (tras asesinar a puñaladas a otra víctima inocente), por lo que a la tercera fue la vencida.

Aprendamos qué es lo importante. Para no llorar, hay que vencerlos. Para vencerlos se necesita unidad contra el terrorismo.

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