Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Daniel Innenarity sostiene que los mentirosos y malvados deterioran la vida democrática menos que quienes pretenden administrar en exclusiva la verdad y la bondad. Es saludable recordarlo en una campaña tan sucia. Hemos pasado del barro a un espeso chapapote. Un ejemplo: la sospecha de amaño del voto por correo, que ahora lanza Feijóo y ya filtró el PP en vísperas de su triunfo el 28 de mayo. Asunto del que no se volvió a hablar más, una vez consumada la victoria popular. Una estrategia trumpista: adelanto que si pierdo es porque habrá fraude.

Las imágenes de unos pijos borrachuzos en la plaza de toros de Pamplona gritando a entusiasmados “¡que te vote Txapote!”, entre risas y chanzas, produce desasosiego. Es un eslogan que Vox y la parte más reaccionaria del PP han convertido en un grito liberador contra la tiranía sanchista. Todo vale, incluso transformar a un asesino en un icono pop, en esa misión de dios de liquidar al pretendido gobierno ilegítimo del país. Esa corriente subterránea circula con la aquiescencia de su líder, que se niega a condenarla.

La revolución ultraconservadora no es nacional. En Estados Unidos, el Tribunal Supremo que ha dejado en herencia Donald Trump está derogando su sanchismo, con derechos sociales anulados tras décadas vigentes. Aquí hay anécdotas lamentables, como la del candidato de Sumar por Sevilla en el debate de Canal Sur, volviendo la cara a una dirigente de Vox como un niño enfadado. Es catedrático de Teoría de la Comunicación… En fin, nos quejamos de los políticos profesionales, pero la capacidad de los aficionados de hacer el ridículo es superior.

Más grave es el acoso que sufre Consuelo Ordóñez por el aparato del PP, iniciado por Isabel Díaz Ayuso, atribuyéndole problemas personales. No les importa el dolor que produce a la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo que se ensalce a Txapote, el asesino de su hermano. María San Gil, que estaba con Gregorio cuando lo mataron, ríe divertida en un programa de televisión cuando le preguntan por el tema. Le parece brillante, ocurrente, para mondarse de risa. El odio y la ira contra Sánchez superan el respeto a las víctimas y el honor de los muertos. Algunas familiares de otros asesinados por ETA, instaladas en cargos institucionales por su partido, han apoyado la estrategia del PP. El interés particular influye.

A quienes pretenden dictar a la sociedad cuál es la única virtud, hay que explicarles con Innenarity que en una democracia deben convivir la importancia de que la vida pública respete el valor de la moral y la sospecha frente a quienes pretendan monopolizarla. Hay que aprender a presentar la posición propia como preferible, pero no como moralmente superior. La verdad y la virtud en política deben ser aspiraciones compartidas, no una propiedad privada o un arma arrojadiza; y menos contra víctimas del terrorismo. Demasiado txapapote.

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