Por más que miro a mi alrededor, la amplísima variedad en los cuerpos de las mujeres me hace tomarme a broma ese estudio del Ministerio de Sanidad y Consumo que asegura que las féminas españolas, según su constitución, se dividen en diábolo, campana y cilindro. Siglos y siglos de lucha femenina para conseguir sus derechos y ahora llega un Ministerio y las encasilla en tres tipos según sus hechuras. Resulta sonrojante leer cómo en la pubertad, las mujeres son tipo cilindro (más finitas), mientras que ya maduras se vuelven diábolo (¿anchas por arriba y abajo y estrechas de cintura?) y acaban hechas unas campanas cuando rebasan los 60. A mi mujer ni le pregunto en qué grupo se sitúa porque me puede enviar por Seur adonde usted está pensando. No me imagino al albañil de turno gritando a una moza: "¡Eso es una campana y no la de la Catedral!". Cuánta tontería si al final son todas "mi gordi".

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