EL ALAMBIQUE

Juan Clavero

Símbolos religiosos

DE forma reiterativa surge en nuestro país la polémica sobre los símbolos religiosos en las escuelas. Si hace unos meses lo fue con los crucifijos, ahora ha saltado de nuevo la polémica con el hiyab o velo islámico.

El problema arranca de la fallida solución que se dio en la Constitución a la separación de la Iglesia -o Iglesias- y el Estado, ese "Estado aconfesional" que no se sabe muy bien en qué consiste, donde la Iglesia Católica sigue teniendo un papel privilegiado. En otros países, como en Francia, hace siglos que se instauró un Estado laico, con total separación de la Iglesia, y esto no sólo no es una agresión a las religiones, como aquí proclaman algunos, sino un claro reconocimiento de la libertad religiosa, que al basarse en la Fe y en las creencias, debe desarrollarse en el ámbito personal, familiar y de las respectivas comunidades.

Además, los occidentales solemos tener una visión muy sesgada de los hechos; como se proclama en la Biblia "vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el nuestro". Nos oponemos, con razón, a que niñas vayan tapadas con pañuelo a la escuela -aunque no es lo mismo el hiyab que el burka-, en una profesión pública de sus creencias religiosa (que dicho sea de paso, no se obliga en ningún lugar del Corán), pero hasta hace poco las mujeres españolas también iban tapadas a la iglesia y por la calle. Hoy, en nuestros centros de enseñanza, en las Universidades como alumnas y en colegios como profesoras, las monjas van mucho más tapadas que las niñas musulmanas, y también por razones religiosas, y también aseguran que es por decisión propia, que nadie las obliga, y eso lo vemos normal. Incluso en nuestro país hay mujeres que se encierran voluntariamente de por vida, auténtica muerte civil, en conventos por razones de sus creencias religiosas, y nadie se propone rescatarlas de semejante alienación.

La enseñanza y el desarrollo cultural de las sociedades deben llevar, como ha sucedido en muchos países europeos, a ir eliminando esos signos tan inútiles como absurdos de Fe pública en las escuelas. Ante los fundamentalismos religiosos -todos-, no podemos mostrarnos pasivos, pero tampoco creo que la imposición a las niñas inmigrantes de normas que no nos aplicamos a nosotros mismos, sea la solución.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios