Pulula por el ambiente una campaña publicitaria, aparentemente bien diseñada, que trata de animar a la sociedad española a que empiece a cocinar con Coca Cola. Apoyada en el testimonio de algunos cocineros pertenecientes a la tendencia gastronómica más vanguardista, se dan recetas e ideas sobre la conveniencia de añadir el refresco a algunos guisos y preparaciones culinarias. Cada cual es libre de elegir los ingredientes de sus platos, porque, al fin y al cabo, la cocina es una cuestión de gustos y de sabores más que personales. Si alguien quiere dar realce a sus guisos con Coca Cola, bien, aunque no seremos pocos quienes sigamos decantándonos por aprovechar las botellas de manzanilla ligeramente remontada para ligarla con una carne de categoría y obtener un aroma y un sabor que, sería una sorpresa, no lograría ningún refresco del mundo. Y junto a la manzanilla, cualquier mollate cinco jotas.