Capitalidad diluida

Se considera un éxito la apertura del segundo Mercadona, cuando en la provincia tienen 50 tiendas

El gran problema de Cádiz para su desarrollo no es que el alcalde González y Martín Vila aprueben tres calles y plazas peatonales de más o de menos, sino ejercer su capitalidad. Para eso hace falta un modelo de ciudad, con ideas claras y ambiciosas, que no existe. Sólo ponen parches. Por habitantes e influencia, Cádiz es la tercera provincia de Andalucía, tras Sevilla y Málaga. En ambos casos, la capitalidad sevillana y malagueña es indiscutible. Dos Hermanas y Marbella son municipios con un número de habitantes similar al de Cádiz, pero no rivalizan con sus capitales. Sin embargo, aquí la diferencia no se debe sólo a la población, porque en ese caso la capital real de esta provincia sería Jerez, que tampoco lo es en la práctica.

Entre Cádiz, San Fernando, Puerto Real, Chiclana, El Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera viven más de 650.000 habitantes. Existe una actividad diluida, además de descoordinada. Cada municipio va a su aire, compitiendo con los vecinos. En el comercio, Jerez es el más importante en lo cuantitativo: tiene los mayores centros comerciales, pero cada población va a lo suyo. Eso sí es normal, porque en una gran ciudad como Madrid (o incluso en Sevilla y Málaga) hay varios sectores comerciales, tanto en el centro como en zonas específicas. En ese segmento comercial, la ciudad de Cádiz funciona como un municipio más; o como un barrio de la Gran Ciudad de la Bahía. Se ha considerado un éxito la apertura del segundo Mercadona en la capital, cuando en la provincia tienen 50 tiendas.

Para el turismo pasa lo mismo. Chiclana y Jerez disponen de más y mejores hoteles que Cádiz. Por supuesto, funcionan con criterios diferentes: Chiclana sólo para la playa; y Jerez con el Circuito, los caballos y las bodegas como referencia. Cádiz debería apostar por la cultura y las playas, pero juega a medias en ese intento.

¿Y qué le queda a Cádiz para su capitalidad auténtica? La burocracia de los funcionarios, el fútbol con el Cádiz CF y el Carnaval. En eso, sí es la capital indiscutible. Pero eso es poco para ejercer un liderazgo en la provincia, excepto los días de partido y las semanas carnavalescas. Cádiz necesita una pujanza económica, que se debería basar en la captación de empresas, auspiciada por la Zona Franca y el Puerto. Pero aquí se habla de logística y se lo toman a cachondeo.

Para paliar este problema se construyó el Nuevo Puente. Se suponía que serviría para reducir el aislamiento, que está en el origen de la decadencia de Cádiz. La vida sigue igual, ante la falta de ideas y proyectos.

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