Fiestas Todas las ferias en la provincia de Cádiz para este mayo de 2024

Ayer estuve esperando la lluvia desde muy temprano. No había amanecido cuando miré la primera vez por la ventana. No había charcos ni estaba el suelo mojado. Eso sí, había en el aire un color difuminado, como de nubes bajas, de nocturno aire sucio. Me volví a acostar. Curioso, me dije, no ha llovido esta vez durante el sueño, como suele en la Isla. Cerré los ojos queriendo dormir. Volví a pensar en mi amigo Pedro, que pasa estos días por un problema serio de salud. Volví a rezar por él. Si rezar es la intención, el deseo de mejoría, el consuelo para sus hijos y esposa, todo el día lo estoy haciendo. El Dios que todo lo sabe y todo lo puede, sabe lo que yo le pido para Pedro y su familia. No volví a mirar por la ventana hasta después de la ducha. Seguía sin llover, sin haber llovido. Por la calle, vecinos en camisetas de mangas cortas, alguno con un paraguas cerrado. Nada. Del tierra sucio al gris el aire. Había amanecido sin sol. Miraba por la ventana una araucaria lejana y veía el monumento a la paciencia de Lola Garzón, el Centro de Párkinson por el que se está dejando la vida. Era como la lluvia que nos habían dicho que llegaba pero no había llegado. Debe quedar menos, me dije, han pasado ya muchos años. El estado de mi amigo Pedro está haciendo de mí una persona paciente, comprensiva. Mucho más cuando, creo, de todos los actores que vienen interviniendo en el nuevo Centro de Párkinson de la Ciudad Amable que algunos esforzados ciudadanos, como Lola Garzón, vienen construyendo, el gobierno de Patricia Cavada es el único irreprochable. No sé exactamente cómo se cuantifica esta afirmación pero me lo dicen como verdad completa. Y lo creo. O sea, los otros que quedan en la ecuación son los que no han dado el empujón definitivo para que San Fernando no tenga todavía su nuevo centro de párkinson que necesitan los enfermos de párkinson de la bahía de Cádiz. Oído cocina, de Alba. Desde la oposición se puede contribuir a una ciudad mejor. Se trata de llevar la inquietud a la Administración pertinente. E insistir, sobre todo insistir. Cumplimiento viene de cumplir y de mentir, dicen algunos. Hay que empujar, hay que programar la inauguración, el corte de la bandera. Y los enfermos como el día de Reyes, esperando el regalo por el que vienen suspirando. Sigue sin llover, he esperado para escribirlo aquí, la esperado lluvia ha llegado. La miro por la ventana como otros días, contados, de mi vida. Nunca llueve en el sur de California es la canción que trae el recuerdo, pero en verdad solo tengo en la cabeza a mi amigo Pedro, ha caminado a mi lado toda la vida. Como mi hermano..

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