Cádiz

"Si no salías en Diario de Cádiz nadie te conocía"

  • Pequeño retrato de la relación entre publicistas y clientes en la edad de oro del papel

  • Encuentro en La Cepa de amistades forjadas en años de tira y afloja

Ildefonso, Concha, Rafael y Manolo, en el reservado de La Cepa, en la calle Plocia, el pasado lunes.

Ildefonso, Concha, Rafael y Manolo, en el reservado de La Cepa, en la calle Plocia, el pasado lunes. / Joaquín Hernández Kiki

No sé en qué momento un hombre se convierte en institución, pero es un hecho que Ildefonso Marqués realizó ese viaje hace algún tiempo. Ildefonso Marqués, el Marqués del Módulo, como le bautizó Manolo de la Peña, ex director del Diario, es una institución de Cádiz y del mundo de la publicidad. Lleva vendiendo publicidad seis décadas. Le propongo que nos juntemos en La Cepa Gallega, en la calle Plocia, que es una especie de extensión de su mesa de trabajo en la Redacción, con gente relacionada con su tarea. Propone a Rafael Paúl, otra institución, cincuenta años trabajando para la Agencia de Publicidad Jurado, Manolo Gómez, un cliente desde primeros de los 80 con su empresa Comunidades del Sur, y Concha Ribelles, compañera en el departamento de Publicidad de Diario de Cádiz desde hace 28 años. Un tinto de verano, unos botellines y un poquito de charla para picar.

Tras salir en el periódico, al día siguiente tenía listas de 1.300 demandantes"

Rafael recuerda sus inicios en la agencia que había creado José María Jurado Bocanegra años antes, donde entra como auxiliar administrativo en 1964 después de licenciarse de cuatro años en el Ejército de Aviación. "Al poco el propietario me dijo que mejor que saliera a la calle a buscar clientes". Ahí empieza su relación con Ildefonso, el inflexible Ildefonso. "Nunca regateaba. O lo tomabas o lo dejabas. Por entonces había muy pocos medios, Diario de Cádiz, Información del Lunes, Radio Juventud y Radio Cádiz. Los formatos publicitarios en esa época se pagaban por milímetros, antes de que existieran los módulos y en el Diario siempre salían más milímetros. Todos los días me peleaba con Ildefonso". De aquel tira y afloja nació una larga amistad. "Era un asunto técnico", se justifica Ildefonso. "Sí, pero siempre tres milímetros más", ríe Rafael.

Los modos de trabajar eran muy rudimentarios si los comparamos con los actuales. "Uno de mis clientes era Gálvez, un distribuidor de televisiones de bar. Patrocinaba un espacio en la tercera página en la que se destacaba lo principal que daban ese día en televisión, que era muy poco porque sólo había una cadena. Yo me tenía que encargar de llamar a la oficina de TVE en Sevilla para que me lo dijeran porque era la única forma de saberlo".

Jurado sigue trabajando hoy la publicidad en un universo totalmente diferente. Se trabaja mucho el medio digital, "pero eso ya lo lleva mi hijo, que yo los ordenadores ni los toco", dice Rafael. Y tanto que ha cambiado. Concha Ribelles recuerda que cuando entró a trabajar como comercial: "Teníamos que ir a los establecimientos a por los logos y luego recortarlos para que en maquetación los compusieran. Hacíamos manualidades, jugábamos a los recortables". "En las elecciones del 77 encargamos a Paco Rato que nos pintara el rosco de UCD para la publicidad electoral porque cortarlo bien, tan redondo, era complicado", añade Ildefonso. La política entraba en liza en un espacio reservado durante décadas al comercio.

A principios de los 80 Manolo Gómez tenía muy claro que el éxito de su empresa, la inmobiliaria Comunidades del Sur, pasaba necesariamente por el Diario. "Si no salías en Diario de Cádiz no existías. Mi primera campaña fue para hacer la comunidad de propietarios de la antigua Casa de Socorro. Fue un éxito total. Yo utilizaba al Diario más que como imagen o con eslogan para informar". Ildefonso matiza que "la publicidad en el Diario tenía un papel fundamental no sólo en lo que suponía de negocio para la compañía, sino desde lo informativo". Lo corrobora Rafael: "Los anuncios se leían tanto como las informaciones y en Cádiz, durante mucho tiempo, la única manera de informarte era a través del Diario. Igual que te decía Manolo que no existías si no estabas en el Diario, se decía que lo que no aparecía en el Diario no había sucedido o que si no estabas en las esquelas del Diario no estabas muerto".

El departamento comercial creó un nuevo producto publicitario, los suplementos temáticos. "Eran muy útiles para dar imagen a empresas que no tenían nada que vender pero querían presencia y entonces se incluían entrevistas a sus responsables", interviene Concha. Ildefonso recuerda en los años 60 haber hecho un suplemento sobre Barbate: "Llegué allí y el alcalde me puso un guardia municipal para que me acompañara a las empresas. Pocas veces he tenido tanto éxito. Cualquiera no ponía publicidad teniendo detrás a un policía del alcalde". "A mí me hicieron una entrevista en uno de esos suplementos -se suma Manolo-. En la última línea de la entrevista anunciaba que iba a iniciar una nueva promoción. Eran tres líneas, sólo tres líneas, las últimas. Pues bien, al día siguiente tenía una lista de espera de 1.300 familias". Estar en el Diario aseguraba un retorno inmediato. "Yo he hecho campañas con academias que a las pocas horas de estar el Diario en la calle ya tenían el cupo completo", rememora Concha.

Rafael también recuerda hasta qué punto el Diario estaba integrado en la sociedad gaditana. Había eslóganes que calaban y se convertían en parte del habla de la calle "Tú pregunta por 'Óptica Malet, al servicio de usted'. Aún se dice. O 'qué buen traje Don José. En Paños Pacheco lo compré'". Empiezan a caer frases que se hicieron populares y uno de los presentes recuerda "aquel del 'Trocadero, tan alto como su fama', que la gente lo hizo más largo y no creo que se deba reproducir en el periódico".

Manolo está especialmente orgulloso de la promoción que realizó en la calle Ceballos, en el edificio que durante décadas albergó la Redacción y talleres de Diario de Cádiz. "Decidí hacer una réplica en la entrada de la cabecera de Diario de Cádiz, en madera. Como un homenaje. La promoción tuvo también mucho éxito, en cierto modo porque tenía su morbo vivir en un edificio que tenía toda esa historia detrás. Esa casa tenía las vigas más grandes que yo haya visto nunca y sus columnas de hierro, que decidí trasladar a mi casa para una escalera. Era una forma de tener conmigo un trocito de Diario de Cádiz".

Ramón Velázquez. Cofrade 

"Hay un dicho que dice que lo más importante del día es el desayuno. Pues yo en mis 30 años que estuve en Astilleros fíjate lo importante que era el Diario que lo primero que hacíamos cada día era leerlo, antes incluso de desayunar. Hay que reconocer la labor de los periodistas de entonces, que tenían que tirarse a la calle continuamente para buscar las noticias para rellenar ese Diario tan grande".

P. Escamilla. Director de Airbus El Puerto“El Diario de Cádiz es el hilo conductor de la realidad de nuestra vida. Con él hemos crecido y me sugiere el camino que nos une, contando el hoy, pero siempre enlazando ese presente con el pasado con esas fotos antiguas que diariamente publica. Es un contraste que nos hace saber de dónde vinimos. Para mí, el Diario es como si fuera el pulso de nuestra vida, el que marca nuestras constantes”.

A. Campo Baeza. Arquitecto

“El Diario de Cádiz es para mí como un palimpsesto donde toda mi vida está escrita superponiéndose las noticias más recientes a las más antiguas que nunca se borran”, explica el prestigioso arquitecto vallisoletano, pero gaditano de corazón, pues se crió aquí. “Cuando tengo entre mis manos el Diario de Cádiz, es como volver a casa, a mi casa, a Cádiz, la ciudad más hermosa del mundo, la ciudad que yo más quiero”.

José Luis Lechuga. Pediatra

“Soy suscriptor de Diario de  Cádiz desde 1970 y siempre desayuno con él. Si algún día no puedo leerlo por la mañana, me lo llevo a mi mesita de noche y difícilmente me acuesto sin al menos hojearlo y leer los artículos de opinión. No me pierdo nunca los de José Joaquín León, García Máiquez y José Ramón del Río. También leo la información de Cádiz, porque es importante saber lo que ocurre en el lugar donde uno vive”.

Juan A. Delgado. Ex portavoz de la AUGC

“Como isleño y gaditano que soy, Diario de Cádiz ha estado presente en mi vida desde siempre. Es un referente ineludible en la historia de esta ciudad y de esta provincia. Pero lo verdaderamente importante desde el punto de vista sindical es que ha sido un altavoz de un valor incalculable para dar a conocer la cara más desconocida de la Guardia Civil: la labor de sus trabajadores y las condiciones en las que la desempeñan”.

Manuel Meni. Calor en la noche 

El presidente de Calor en la Noche, Manuel Mení, valora como lector que Diario de Cádiz “es una garantía a escala nacional de credibilidad y buen hacer”. También considera que aporta “cultura y prestigio” a la ciudad. Mení, dentro de su labor en el movimiento asociativo de la ciudad, destaca que “está al día de todas las asociaciones de la ciudad”, lo que le permite seguir “la actualidad de todo lo que concierne a la vida” de la capital.

Julia Cano. Psiquiatra 

“Es una suerte tener una referencia de largo recorrido como el Diario para saber qué somos y cómo somos, de nuestra historia cercana. Desde detalles personales –por ejemplo, yo he podido leer de unos de mis abuelos que compró un coche en San Fernando– hasta profesionales, como anécdotas del antiguo psiquiátrico de Capuchinos. Y con periodistas especialmente interesantes, capaces de tratar bien las historias”. 

Joaquín Quiñones. Autor de comparsas

El coplero dice que compra el Diario “todos los días” como hiciera su padre, porque si no lo lee le falta “algo”. Tanto es así que cuando está fuera unos días manda a sus hijos a comprarlo para leer los ejemplares atrasados cuando vuelve. “Tengo recortes desde 1981, sobre todo de Carnaval, con los suplementos guardados en tomos. También de noticias de la ciudad y de toros, que es otra de mis aficiones”, señala Quiñones.

José M. Córdoba. Grupo El Faro

El propietario del Ventorrillo de El Chato afirma que el Diario forma parte de su vida. “Para mí es un referente, cada día desayuno leyendo sus páginas y cuando viajo es lo que más echo de menos. Para mí y para mi familia es algo muy importante. Tengo muchos recuerdos vinculados al Diario y sólo me cabe felicitarlo por estos 150 años llevando la información a todos los gaditanos. Ojalá cumpla 100 más”.

Paloma García. Gerente del Pay Pay 

“El Diario, nuestro Diario, es un trocito de Cádiz, lo que nos ha acompañado siempre a los gaditanos, el medio por el que verdaderamente diferentes generaciones se han enterado de lo que pasaba en la ciudad. Siempre recordaré, como una de las imágenes de mi infancia, a mi padre desplegando cada mañana el Diario en formato sábana en la barra de El Bazar de Candelaria... Muchas felicidades y a seguir cumpliendo años”. 

Jesús Maeso. Escritor

“Diario de Cádiz formará parte de la historia de la ciudad como su testimonio manuscrito más importante. Lo necesitaban los ciudadanos de las Cortes de 1812, y los de ahora, como contraste de mesura y veracidad frente a la demagogia. Desde hace 150 años no ha habido acontecimiento en la ciudad y “su departamento” que no tuviera aquí su eco. Desde que llegué en 1969, no concibo mi desayuno sin él. Fausta tibi (felicidades)“.

Pepe Bablé. Director del FIT

“Este periódico forma parte sustancial de la ciudad. Desde que veía que mis abuelos y mis padres leían ávidamente una sábana con palabras, hasta ahora con el formato actual, cuando buceo en sus noticias y opiniones de mi interés, soy consciente de que este trozo de papel  ha sido y es testigo con voz del devenir social y político de esta ciudad y sus gentes, notario de sus logros y percances y defensor de sus tradiciones. A por otros 150”.

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