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Gaditanos de perfil | adela del moral

La pionera del tango

  • Su coro mixto debutó en 1981 y ganó dos veces

SE retiró del Carnaval, pero no quedó en el olvido. Fue la pionera del tango, la mujer que abrió caminos con su coro mixto. Sin embargo, ella tiene las ideas claras (en el Carnaval y en todo), por lo que nunca hizo concesiones que pusieran en peligro lo que pensaba, lo que defendía, lo que más quería. Aunque eso la obligara a renuncias cuando era necesario.

Adela del Moral Pino (Cádiz, 1953) nació en un piso de la calle Sagasta. A los dos años su familia se trasladó a una casa en la Avenida (cerca de la Comisaría). Desde entonces siempre ha vivido en esa zona beduina. Aquella casa era de su abuelo materno, por entonces jefe de la empresa de electricidad de Cádiz, que tenía allí unas instalaciones. Sus primeros recuerdos son de aquella casa: un patinillo con una parra de uva moscatel, una azotea llena de macetas; y sus animales, los gatos y las tortugas.

Su padre, Demetrio del Moral, tuvo una joyería en la plaza de las Flores. Su madre, conocida como Maruja, en realidad se llamaba Rosario. Dio a luz tres niñas: Amparo, Adela y María. Al padre le quedó la pena de no tener un hijo varón, así que quizá por eso llevaba a Adela, desde temprana edad, como acompañante a los partidos del Cádiz en estadio Carranza.

Estudió en la Academia Gárate, hasta que entró en el Instituto del Rosario. Cuando aprobó sexto de Bachiller y Reválida dejó de estudiar. Se apuntó al Conservatorio, para hacer solfeo y guitarra. Después aprobó el COU y la Selectividad, para estudiar Magisterio en la antigua Escuela de Cádiz.

El mismo año que terminó la carrera se casó con Luis Frade, que ha sido su compañero de toda la vida. Se conocieron en la academia, cuando ella apenas tendría 12 años. Luis iba detrás de Adela (o eso dice ella), aunque ella le pedía las traducciones de latín que él hacía mejor. Se casaron en 1979, en la iglesia de San Francisco. Luis había empezado a trabajar como marino mercante, y se embarcó. Pero Adela se quedó embarazada, se sintió sola, y él renunció a esa profesión. Nació Luis, conocido como Ito, su único hijo. Es enólogo, y ya le ha dado dos nietos.

Al terminar Magisterio, Adela del Moral hizo las pruebas de acceso directo. Empezó con sustituciones en un colegio de San Fernando. En su trayectoria profesional como maestra están Paterna, Puerto Real y de nuevo Paterna, hasta que pudo obtener una plaza en Cádiz. Como tenía estudios musicales, realizó un curso de música para escuelas, y se especializó en educación musical.

En la actualidad, sigue de profesora en el Colegio Público Andalucía, que está en la calle Barbate (Barriada de la Paz). En este centro de educación infantil y primaria ha sido directora durante 11 años, hasta el curso 2014-2015. En ese periodo ha podido ver que los colegios perdían ratios de alumnos. Cuando comenzó en Paterna tenía a 44 niños en su clase, pero ahora sólo 22. Y en su colegio hay clases con 18 ó 15 niños.

Adela del Moral es conocida en Cádiz, principalmente, por su aportación al Carnaval. Leyenda viva del tango y de la incorporación de la mujer. El coro mixto de Adela debutó en el Teatro Falla en el concurso de 1981, con Mariscaores gaditanos. Sin embargo, ya habían salido a la calle con una agrupación ilegal en el 79. En 1980, un grupo de unos 40 amigos se reunió, su padre les hizo un tango, y salieron con el coro callejero Jomeini y sus secuaces.

En 1981 Adela se animó a componer un tango. Lo oyó Manuel de Palacios, que era uno de los mejores bandurrias del Carnaval, y los animó para que fueran al Falla. Le dejó una bandurria a Adela, que no la sabía tocar. Su marido, Luis Frade, que estaba en el grupo, inscribió al coro, sin avisar, y así surgió la aventura de Mariscaores gaditanos.

Participaron en el concurso desde 1981. Era un coro mixto, aunque también lo llamaban El coro de las niñas. Con el tango dulce y sentido de Adela, vivió una época de esplendor, que alcanzó la cima con los primeros premios de La viudita naviera (1986) y Watussi (1987). Después descansaron en el año 1992. Siguieron hasta 1997, con La gran cabalgata. En aquellos años, salieron con otros coros inolvidables, como La tertulia de Doña Frasquita, que fue segundo y dio nombre a la peña; Piconeras y franceses o El imperio inca. Todos los tangos tenían la música de Adela del Moral. Las letras eran de Antonio Rivas, en sus comienzos, y de Antonio Segura, que también componía los estribillos.

Compitieron en una época dorada del Carnaval, cuando estaban los coros de la Viña (en sus mejores años), Puerto Real, y se consolidaban Julio Pardo, Quico Zamora, Nandi Migueles… Cuando el coro mixto dejó de salir, a Adela del Moral la tentaron para que compusiera la música de un coro masculino. Pero ella había estado ahí porque creía en el proyecto de un grupo de amigos. Eso le interesaba más que los premios. En todos esos años recibió numerosos galardones, pero le duele que no se incluyera su tango en un disco que se grabó con la orquesta dirigida por José Luis Aranda.

En aquellos años del coro, también se fundó la Peña la Tertulia de Doña Frasquita, que tuvo su sede en la calle Santiago. Organizaban actos culturales y carnavalescos. Crearon los premios Naranja y Limón, aunque el premio más famoso fue el del Cajonazo.

Después Adela ha salido en chirigotas callejeras, durante algunos años, aunque ya lo ha dejado. También salió en un romancero, El faro de las puercas, un dúo con Marisa de las Cuevas, que hizo reír con las letras de Antonio Segura. Ahora ya sólo canta con un grupo de amigos del Club de Tenis en misas típicas de bodas y villancicos por Navidad. Jugaba al tenis en el Club Las Salinas de San Fernando, pero se cambió al pádel y es socia del Tenis de Cádiz.

Fue concejal en el Ayuntamiento de Cádiz desde 1999 a 2003. Entró en la lista del PSOE por su amistad con María de la O Jiménez, que era la candidata a la Alcaldía y la llamó para que la acompañara. Tras dudarlo, se incorporó como independiente. Una vez elegida , se afilió al PSOE y pudo conocer la vida de un partido por dentro, con algunos detalles poco compatibles con su forma de ser. En la actualidad, sigue siendo militante y votante del PSOE, por sus ideas, aunque no participa en las cuestiones internas.

Tuvo mala suerte, porque coincidió con los años del soterramiento, el periodo de mayor fuerza política de Teófila Martínez. Adela se ocupaba de los temas de Mujer, Asuntos Sociales, Enseñanza y Fiestas. Se preparaba los plenos, a sabiendas de que sus propuestas no iban a salir adelante, ante la mayoría del PP.

De aquella época política, que duró cuatro años, le quedaron las ganas de haber realizado proyectos en un equipo de gobierno. Mantiene una gran amistad con María de la O Jiménez, actualmente en Sevilla, a la que llama y visita de vez en cuando. Entre sus compañeros de concejalía recuerda con especial afecto a Pepe Pettenghi y Juan Ortuño.

Adela del Moral defiende siempre los valores que le parecen justos, empezando por la igualdad y la justicia social Le duelen las situaciones difíciles de los niños y los mayores. Aprecia la convivencia y cuida la amistad. Quería vivir la vida, sin renunciar a ser feliz. Puede que muchas personas sólo la conozcan por el Carnaval. Quizá no sepan que ese sentimiento y esa armonía de sus tangos expresaban una forma de ser.

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