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La literatura del 27 se sienta a la mesa

  • El centenario restaurante madrileño, Los Galayos, rememora la última cena que celebró el grupo de escritores en 1936 con un menú que aúna cultura y gastronomía

Pedro Salinas publicó en 1933 «La voz a ti debida». La alegría y la insatisfacción permanente del amor y el descubrimiento entusiasta de existir a través de otro. Aquel libro, escrito como una sola meditación sobre la «alegría de vivir sintiéndose vivido» se convirtió, junto con su desenlace «Razón de amor» en el paradigma afectivo de generaciones enteras de españoles.

Podríamos reivindicar la alegría de Salinas a través de una mesa. Una mesa llena de alegría favorece el intercambio de ideas y sentimientos, recrea problemas, facilita soluciones, hace brotar confianzas y actitudes positivas y refuerza la solidaridad y la colaboración.

Los hombres del 27 alcanzaron su madurez creativa. Mientras se agotaba la República, la voz de esta Generación imprimió a su producción literaria una calidad lírica que colocaba a la poesía española en un lugar de privilegio.

Fue el 29 de abril de 1936 cuando, con motivo del éxito de la publicación del quinto poemario de Luis Cernuda, 'La realidad y el deseo', un grupo de amigos y escritores entre los que se encontraban Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Pablo Neruda, José Bergamín, Manuel Altolaguirre, María Teresa León, Maruja Mallo y, naturalmente, el propio Luis Cernuda, se reunirían en la que tristemente, sería su última cena juntos. Eran la Generación del 27.

90 años después de la creación del grupo y 81 desde aquella significativa cita en el que ya por entonces era conocido como uno de los mejores restaurantes de Madrid, Los Galayos, en el 5 de la calle Botoneras esquina a la Plaza Mayor, el evento se rememora con un homenaje que une cultura y gastronomía en el mismo lugar histórico.

El establecimiento se ha propuesto recuperar la esencia de esa cena con un menú basado en las tendencias gastronómicas de la época. Lo que se cenó exactamente en aquella última reunión es una incógnita y quedó en anécdota, ya que el protagonista era Cernuda. Con permiso del homenajeado ausente, ahora será el menú el que adquiera el protagonismo, y Cernuda, sin restarle un ápice de mérito, claro, el que se convierta en anécdota.

Pero no es un menú cualquiera. Para elaborarlo se ha contado con la colaboración de Miguel Ángel Almodóvar, sociólogo, investigador y periodista especializado en gastronomía, quien ha realizado una gran labor de documentación gracias a la cual se han podido averiguar los platos que probablemente se sirvieron en aquella celebración. Según Miguel Grande, el menú que van a ofrecer es todo un reto: "después de esta labor de investigación, vamos a recrear platos con los que estos afamados poetas solían mantener tertulias".

En palabras del propio Almodóvar, "aunque no queda constancia conocida de los platos que se sirvieron en aquel ágape, no es difícil deducir un menú de los muchísimos que por aquellos días se celebraban. Una de las principales preocupaciones de la Segunda República y muy especialmente de su presidente Manuel Azaña, fue la de mejorar la alimentación de los españoles". De esta labor, y desde los medios, también se encargó Carmen de Burgos según continúa explicando Almodovar: "…Colombine, una de las primeras corresponsales de guerra españolas y magnífica periodista, contribuyó decisivamente desde sus columnas a democratizar las normas del buen gusto a la mesa, hasta entonces reservadas a la aristocracia…"

El 'Menú Generación del 27' estará disponible en Los Galayos del 19 de abril al 7 de mayo, abarcando no sólo la fecha de aquella cena, sino también el Día del libro. Comienza con un cóctel de bienvenida, el Croquetelón que Pablo Neruda les preparaba a sus amigos en su piso de la Casa de las Flores, a base de Cointreau, brandy, zumo de naranja y cava, seguido de unas Croquetas chisperas, con un punto picante para diferenciarlas de las "manolas" de Casa Manolo de la calle Jacometrezo. Continua con un Gran cocido parisién, tan à la page en su momento y siguiendo la receta de Colombine.

Avanza con un rico Bacalao bolchevique, que por aquella época habían puesto de moda, de un lado Rafael Alberti y María Teresa León, tras sus viajes a la URSS en 1932 y 1934, y de otro los marineros rusos que atracaban en puertos españoles. Prosigue el menú con Carne mechada con guisantes. Y se termina con un postre, Arroz con leche con helado de canela, que en aquellos días había popularizado el Hotel Inglés.

Este ágape histórico no podía menos que ir armonizado con un vino joven como el que se pudo tomar en aquella cena, un Tempranillo 100% tinta de Madrid etiquetado en exclusiva para la ocasión. El precio del menú es de 40 euros (vino e IVA incluidos).

Tenemos ante nosotros una sofisticada y exquisita iniciativa que demuestra que la gastronomía debe potenciar sus valores conectando con el capital intelectual y reivindicando la cultura como un recurso estratégico que dota de alma y da sentido al hecho culinario.

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