Una de las primeras señoras que franqueó la puerta de la feria Mar de Libertades decía que había aprovechado la oportunidad para pasear por el muelle gaditano y recordar cuando esto era posible, "cuando lo hacía con mi padre siendo pequeña. Ahora, por desgracia esto no se puede hacer. Los gaditanos no podemos disfrutar de nuestro puerto".

Rafael Barra, presidente de la Autoridad Portuaria Bahía de Cádiz, explicó a preguntas de este medio que la nueva normativa mundial de seguridad impide el libre tránsito de personas por el puerto, aunque fue claro en su apuesta por hallar el equilibrio perfecto. "La ciudad no puede vivir sin el puerto ni el puerto sin la ciudad. Todo el esplendor y la decadencia de Cádiz ha venido por el mar. En esa línea creo que esta feria es un ejemplo de la colaboración del puerto con la ciudad, y el año que viene tendremos otro evento, la Gran Regata 2012".

Barra destacó del acuerdo al que se llegó en su día con el Consorcio que el consejero "desde el primer momento entendió que tenía que respetar una actividad portuaria, que es lo que muchos no entienden. Cuando firmamos el convenio lo que primó fue el respeto a lo que la actividad portuaria genera, y después, la parte lúdica".

El presidente de la APBC considera que los grandes sacrificados del evento han sido precisamente los miembros de su comunidad, "porque han cedido su oficina, por decirlo de alguna forma, para otros usos".

También recordó la desafectación de Puntales, "que se regaló para la construcción del famoso albergue juvenil", "si hablo del Instituto del Náutico tengo que decir que era dominio portuario y se desafectó para ceder al Ayuntamiento un suelo que tenía que aportar la Junta para construir un instituto. Si hablo de la Plaza de Sevilla, aunque está todavía en dominio portuario, se desafectó una parcela para realojar la Casa del Mar, la Comandancia, y está a disposición del Consorcio... y ahí más".

También dijo Barra que no entiende esa obsesión por desafectar 300 metros de puerto, "cuando Cádiz está rodeada de mar. Si esta zona se incorpora a la ciudad aquí no podría haber un crucero por motivos de seguridad. Una cosa es el respeto a la actividad portuaria y otra una colaboración con la ciudad en determinados momentos, como éste, aunque creo que la obra de la nueva termina del contenedores va a sentar unas bases del futuro de este puerto, porque vamos a alejar lo que a la ciudad le molesta, el ruido, los frigoríficos, el ro-ro, y la parte más cercana a la ciudad quedará dedicada para pasajeros".