“El sector primario funciona”. El delegado Especial del Estado en Zona Franca, José de Mier, cree en la agroindustria, en los nuevos nichos de actividad que genera y en los procesos de transformación de los productos del campo para su comercialización en el mercado alimentario. La apuesta por este sector es uno de los propósitos del Consorcio gaditano para 2010 y uno de los proyectos nuevo con los que ayer saludó al año nuevo durante el tradicional desayuno con los medios de comunicación es una fábrica de pasta. Aunque no adelantó la identidad del inversor, De Mier esbozó las principales características de la idea empresarial planteada por un grupo catalán.

La principal es su ubicación, ya que la planta pretende erigirse en los terrenos del recinto interior, y bendecidos por lo tanto con beneficios fiscales, que actualmente ocupa Altadis. La parcela tiene una superficie de 38.509 metros cuadrados, un 20% del suelo total del complejo industrial tabaquero que la compañía británica Imperial Tobacco adquirió dentro de la OPA realizada en 2008 sobre la empresa hispanolusa. La peculiaridad de este espacio es que es el único de toda la fábrica es que sigue siendo propiedad de Zona Franca, que lo tiene cedido a Altadis en régimen de concesión desde hace dos décadas, cuando la actividad se trasladó desde la antigua fábrica de tabacos, hoy Palacio de Congresos de Cádiz.

La tabaquera tiene en estas cerca de cuatro hectáreas los almacenes desde los que distribuye el tabaco a centros de España, como Logroño, y Francia y con ello se ahorra los costes aduaneros en la importación del producto. La compañía no ha mostrado en ningún momento intención de negociar una liberalización de ésta u otra parte del terreno pese a que el complejo tabaquero se quedará a partir de 2010 con sólo 67 trabajadores como consecuencia del Expediente de Regulación de Empleo que termina de aplicarse esta semana.

Pese a esta circunstancia, José de Mier aseguró ayer que Zona Franca está “en conversaciones” con la multinacional para “recuperar la concesión a corto plazo”. “Si no estuviera Altadis, ya habría ahora una fábrica de pasta”, sentenció el delegado especial, que reconoció que la capacidad de interlocución del Consorcio se ha visto dificultada tras la absorción por parte de Imperial Tobacco y que ésta aún “no tiene clara” la operación. “Realmente va a depender de lo que quieran hacen”, concluyó el responsable gaditano, que explicó que las nuevas instalaciones encajarían perfectamente en esta parcela. “La ciudad tiene que ver que Altadis supuso un esfuerzo importante para el Consorcio porque se desafectaron más de 100.000 metros cuadrados y se cedieron a una peseta a la ciudad para que se pudiera hacer la permuta”, argumentó De Mier.

Otro aspecto curioso del proyecto es su fundamento. Según explicó el delegado especial, la Comunidad andaluza, aunque no es una gran consumidora, sí es la mayor cultivadora de sémola de trigo duro de España y éste es el ingrediente principal de la pasta. La implantación en Cádiz permitiría aprovechar la cercanía al núcleo productor –fundamentalmente la provincia de Sevilla– y reducir costes logísticos. Según el diseño presentado al Consorcio, la planta tendría un alto grado de tecnificación y crearía entre 60 y 70 empleos, además del fuerte impacto laboral indirecto, y más importante, que tendría en la Bahía.

Paralelamente a esta iniciativa, De Mier también avanzó que la Agenda IDEA –antiguo IFA– está buscando una “utilidad real” a otras zonas del centro tabaquero que se han quedado vacías o que lo estarán en breve tras el desmantelamiento progresivo que ha sufrido especialmente desde el año 2005. De hecho, a partir del próximo año sólo tendrá operativa una de las tres líneas de producción que puso en marcha en su desembarco en Zona Franca y hay grandes espacios infrautilizados.

Además del novedoso proyecto de la pasta, el responsable del Consorcio gaditano destacó a Caladero, Procosur y Vilafranquina como ejemplos de la por el sector primario. La primera abrirá en breve la planta de envasado y distribución de pescado en la que ha invertido en torno a doce millones de euros y desde la que abastecerá a los supermercados Mercadona. La inversión de la empresa de congelados Procosur, que generará más de 200 empleos, sigue adelante después de sortear no pocos obstáculos y la harinera está cerca de finalizar la ampliación de su zona de almacén.

Esta expansión de Vilafranquina se ha realizado sobre el terreno que antes ocupaba la térmica, “un suelo contaminado y que creaba problemas”, según De Mier. En su lugar se están levantando estas industrias limpias y con fuerte componente tecnológico y, además, se han abierto hasta 16.000 metros cuadrados que acogerán las naves de realojo, cuyo proyecto prevé estar  listo en 2010.  De esta superficie total, De Mier apuntó que la mitad depende de que Endesa retire unos transformadores y ceda el suelo.