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La Viña se pone mala

  • Los viñeros reciben con cierta preocupación el informe que dice que tienen menor esperanza de vida que el resto de gaditanos y quieren explicaciones

Vecinos de la Viña conversando en un bar del barrio en la mañana de ayer ante la mirada del camarero.

Vecinos de la Viña conversando en un bar del barrio en la mañana de ayer ante la mirada del camarero. / joaquin pino

El día después de que un estudio diera a conocer que los habitantes de la Viña viven menos y sufren más depresión y ansiedad que el resto de los gaditanos el barrio se levantó malo. Los niños al colegio, los mayores más valientes a La Caleta a pasear, los carrillos quemando rueda por los Callejones en dirección al Mercado de Abastos, abrieron los comercios, la hostelería, las macetas siguieron dando color y hasta se oyeron las mismas risas de siempre, pero tras esa normalidad se escondía una pregunta en el aire. ¿Por qué demonios en la Viña se muere más joven la gente? Y hasta los había, pelín hipocondriacos, que al escuchar la noticia les había entrado jindoi. Como Manolo Santander, viñero de Cádiz Norte, que se mostraba ayer perplejo y enfadado a partes iguales. "Cuando lo he leído me he puesto malo. A bote pronto me he dicho: ¡joé, parece que la Viña es un ghetto apartado del resto de Cádiz! Y no es así".

Y se explicaba. "Pero vamos a ver, si aquí tenemos los mismos hábitos, el mismo estilo de vida, comemos los mismos productos, ¿de dónde sale el estudio? ¿Qué hay paro? Pues claro, pero también lo hay en Santa María o Loreto por ponerte dos ejemplos".

Destacan que los hábitos de sus gentes no son diferentes a los de otras zonas de la ciudad

Reflexionando en voz alta, el autor carnavalero decía que "igual las personas mayores de aquí han tenido una vida más sufrida, o será por su forma de trabajar, pero vamos, decir que hay un 15% menos de esperanza de vida me parece muy fuerte".

La noticia es lo que le faltaba a Manolo. "Yo voy mucho al médico porque soy muy aprensivo. Mi doctora siempre me dice: ¿qué película viste ayer para creerte que tienes esta enfermedad?".

El autor tampoco cree que los genes viñeros sean de segunda mano. "Igual nos están echando unos polvitos en el agua para aniquilarnos y no nos estamos dando ni cuenta", bromeaba con guasa caletera.

Otro viñero que conoce bien al barrio es Emilio Aragón, uno de los hombres que más hizo por convertirlo en lo que es actualmente junto al concejal socialista Juan Beriguistain. El que fuera responsable de la parcela cultural de la Fundación Cajasol considera que una de las claves del estudio debe ser "el estado de las viviendas, la escasez de nuevas casas, la edad avanzada de buena parte de la población o el desempleo. Creo que las condiciones sociales están por debajo de la media no sólo de la nación sino de Andalucía y de la propia ciudad".

Emilio forma parte de la Plataforma del Barrio de La Viña, y está intentando la reactivación de proyectos como el del Museo del Carnaval en la plaza de la Reina o Valcárcel. "Porque esto traería riqueza a la Viña. Yo no veo el Museo en un Palacio con diferentes grados de protección".

Aragón recalca que en La Viña "no hay peores hábitos que en el resto de Cádiz, pero en la salud el tema de la vivienda afecta mucho. Siempre digo que al que tiene necesidad es mejor darle una caña y enseñarle a pescar que regalarle un pescado".

Otro vecino histórico del barrio es Pepe Ruiz, hijo del mítico Manteca y que actualmente regenta la emblemática taberna junto a su hermano Tomás. "Cuando he leído la noticia en el diario me ha llamado muchísimo la atención. Antes quizá tenía más sentido por aquello de los patios de vecinos, los baños compartidos por 15 familias, y esas cosas insalubres, pero ahora apenas queda infravivienda en el barrio, así que no me lo explico".

Pepe cree que el estilo de vida no es diferente al de otros barrios de Cádiz. "Ahora el mundo está muy globalizado, no hay grandes diferencias. Igual esa herencia de vivir en casas con humedades y malas condiciones repercute en esa generación de personas más mayores, pero en la gente más joven no creo que eso vaya a ser así".

Y mientras buscábamos explicación entre caras conocidas, vecinos desconocidos también miraban al cielo cuando le preguntábamos por la noticia, como intentando encontrar una noticia divina a una mortandad inusual. "Igual es que como en La Viña tenemos de todo y no nos hace falta salir del barrio pues andamos menos, y eso es malo para el corazón", decía con arte una viñera pura. Algo será, pero el caso es que a esa diferencia en la esperanza de vida entre barrios de Cádiz hay que encontrarle una explicación científica cuanto antes. Porque con la salud no se juega.

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