Cádiz

Martillos de plata

  • Juan Manuel Manzano en Amargura, José Julio Reyeros en Afligidos y José Luis Pájaro en Medinaceli cumplen 25 años al frente de los pasos

Hay estampas que forman ya parte de la Semana Santa gaditana, como si antes no hubiera existido de otra forma o si nunca fuera a cambiar. En el mundo del martillo, pocos pueden imaginar Afligidos saliendo de San Lorenzo sin la voz algo ronca de Reyeros dando las órdenes oportunas para salvar la puerta del templo, el palio de Amargura sin Juan Manuel Manzano, o el paso de Medinaceli sin la mano de José Luis Pájaro asida a una manigueta. Ellos tres han conseguido, al igual que otros contados ejemplos que se enumeran en el mundo de las cofradías, una meta bastante complicada en la actualidad, mantenerse al frente de esos pasos nada menos que 25 años. Por ahora...

El pasado sábado fue la cofradía de Medinaceli la que puso de relieve estas bodas de plata de José Luis Pájaro al frente del Cautivo y Rescatado. Lo hizo durante la función principal de la hermandad, cuando el capataz recibió la insignia de plata de la hermandad que la junta de gobierno aprobó conceder en reunión celebrada el pasado 9 de febrero. Una insignia que Pájaro entiende que se le han concedido "a todos los miembros de la cuadrilla, especialmente a los que se han ido en estos años, empezando por mi padre".

Para este veterano capataz, sacar a la calle a Jesús de Medinaceli sigue suponiendo cada año una emoción indescriptible. "Pone los vellos de punta salir a Cádiz con Jesús de Medinaceli", afirma, destacando que entre él y su padre "hemos sacado Medinaceli más de la mitad de Su vida". Y es que él llegó como capataz en el año 1993, pero ya su padre lo había sacado anteriormente.

"No es fácil cumplir 25 años al frente de un paso", reconoce José Luis Pájaro, que valora la "confianza" que las juntas de gobierno que han ido pasando por Medinaceli (Manuel Pampará, Francisco Hernández, Juan Luis Prián e Ismael Pampará) han mantenido en él. Y él, a su vez, en sus hombres, porque una de las señas que identifica a la cuadrilla del Pájaro es que se ha convertido en casi una familia, como destaca el capataz, que tras cumplir 25 espera seguir sumando años delante de Jesús de Medinaceli y de su cuadrilla de cargadores. "Mientras Dios me de fuerza seguiré con ellos", asegura.

La cofradía de Afligidos también reconoció recientemente los 25 años de José Julio Reyeros al frente del paso de misterio. Su nombramiento como capataz en 1993 fue como un premio a la trayectoria de un hermano que desde abril de 1962 en que se dio de alta había sido monaguillo o penitente. "Afligidos ha sido la cofradía de mi casa, y el camino del cofrade lo hemos desarrollado todos en esta hermandad", expone Reyeros, que valora que a título personal "como capataz es lo máximo" ser el responsable del misterio de Afligidos, "un misterio inigualable".

"En estos 25 años ha cambiado todo mucho, pero lo que no ha cambiado es la ilusión, que incluso va a más", reconoce este capataz, que destaca la evolución que ha experimentado su trabajo y su cuadrilla en este cuarto de siglo, y también la cofradía, que ha procesionado "en silencio, con agrupación musical, con banda...". Pese a tantos años al frente de la cuadrilla, reconoce que en ningún momento hay relajación, "porque independientemente del volumen y el peso de este paso, nosotros siempre dependemos del factor humano y eso es muy sensible y marca mucho". Pese a eso, destaca que la cuadrilla "está mentalizada" en la clave de su trabajo: "levanto, recibo y ando", resume; y que tiene cogida la medida al paso. "Hay muchos enamorados del señor de Afligidos", destaca también Reyeros, que agradece a todos los hermanos mayores que han pasado por Afligidos estos años (Pepe Rodríguez, Lutgardo García, Ramón Velázquez o Lourdes Cortejosa) el trato dispensado. "A veces me he encontrado abrumado de atenciones", llega a reconocer.

Con esta buena sintonía con la cofradía del Jueves Santo, Reyeros lo tiene claro: "Me preguntan ¿cuándo te vas a jubilar? Cuando la cofradía me eche. De aquí no se puede ir uno", bromea.

"Parece que fue ayer el primer día", reconoce con cierta sorpresa Juan Manuel Manzano, que también cumple 25 años al frente del palio de la Amargura. "Me parece mentira. Ella cumple 50 y yo 25 delante de Ella", cuenta. En este cuarto de siglo -que se suma a los años que ya llevaba como cargador de la Virgen, a cuya cuadrilla entró a pertenecer desde 1983- Manzano se lleva "muchos ratos buenos", aunque no olvida "la desgracia de siete cargadores que se han ido en este tiempo".

Este capataz tiene claro cuál es la clave del éxito: "la misma motivación que el primer día". "Yo siempre le digo al cargador que el día que le falte la ilusión que no se meta debajo del paso, que se retire. Y yo me aplico lo mismo. Siempre tengo la misma motivación, lo que va aumentando por año es la responsabilidad", explica. Responsabilidad que además asume desde hace más de 20 años en el día a día de la hermandad, estando al cargo de la Tesorería.

A esta clave se une otra igual de importante: la confianza que año a año renueva la cofradía en él y su cuadrilla. "Humildad ha apostado siempre por las dos cuadrillas, manteniendo siempre a la misma gente", valora Manzano, que además destaca esa labor de acompañamiento de la junta de gobierno en la evolución que en estos 25 años ha experimentado el palio en la calle.

¿Y la hora de la retirada? "No me lo quiero imaginar, pero lo mío creo que está tocando ya en dar el relevo. Cumplo 60 años y te vas haciendo mayor", lamenta este capataz que al igual que Reyeros en Afligidos o Pájaro en Medinaceli, forman parte del imaginario de la Semana Santa.

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