El Sindicato de Enseñanza de la Confederación Nacional del Trabajo (CGT) presentó ayer una denuncia ante la Inspección de Trabajo por las bajas temperaturas que están sufriendo los estudiantes y el personal docente y administrativo de la Escuela Oficial de Idiomas de Cádiz.

Antonio Vico, secretario de Comunicación de CGT y alumno del centro, explica que el pasado martes hicieron una medición de la temperatura registrada en clase y el termómetro alcanzó los 9 grados, solo dos por encima de la temperatura exterior.

"Tenemos que dar las clases con toda la ropa puesta, no nos desprendemos ni de gorros ni de guantes porque pasamos mucho frío", apunta. El secretario de Comunicación señala que ocurre "desde siempre, solo que este invierno, que está siendo más frío de lo habitual, se nota aún más".

Esto ha provocado que muchos alumnos se hayan resfriado o hayan caído enfermos. El pasado martes solo acudió al centro la mitad del alumnado", señala, un hecho trasladable al profesorado, ya que algunos de ellos "están de baja".

Antonio dice que para intentar paliar el frío de ese día enchufaron los calefactores en todas las aulas, pero eso produjo "una subida de tensión que derivó en un corte de luz. Nos quedamos sin luz y se acabaron las clases esa tarde".

El director de la Escuela Oficial de Idiomas, Pedro Pascual, resta importancia a este hecho y afirma que se trata de una circunstancia puntual que solo sucedió en esa jornada y que fue culpa de la subida de tensión eléctrica.

Por su parte, el secretario de Comunicación de CGT piensa que los problemas vienen porque es un "centro antiguo, al que no se le ha realizado ninguna reforma y cuya instalación eléctrica no es la adecuada".

Desde su punto de vista, con una partida presupuestaria por parte de la Delegación de Educación podría solucionarse ya que "se trata de una instalación externa, no habría que cambiarla al completo". Aún así tiene claro que la administración "prefiere que pasemos frío a destinar dinero para arreglarlo".

Las bajas temperaturas registradas estos días están complicando el día a día de alumnos y profesores, pero esta situación también se vive en el mes de septiembre, cuando aún aprieta el calor y "hemos llegado a los 32 o 33 grados en clase. Se notan las temperaturas extremas de uno y otro lado".

Para CGT es intolerable que esto suceda cuando el Real Decreto 486/1997 que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud que deben cumplir los lugares de trabajo, establece que la temperatura debe estar comprendida entre los 17 y los 27 grados.