San Fernando

El Corpus y las sacramentales

No por sabido, debemos dejar de resaltar hoy aquí que la Eucaristía es la maravilla realizada por Dios en favor de los hombres y el mayor acto de culto cristiano.

El hombre no pudo imaginar un don tan inefable. Sólo pudo realizarlo el infinito e inmenso amor de Dios. Ese amor fue el que no sólo movió al Señor a morir en una cruz para salvación de los hombres, sino también a que ese sacrificio se perpetuase hasta el fin de los tiempos, por medio del Sacramento. Todo en la Eucaristía nos está proclamando el amor. El amor de Cristo debe hacerse visible y operante en nuestra comunidad cristiana y humana, en nuestra convivencia de cada día.Lo dice el Señor: Os he dado un ejemplo para que también vosotros lo hagáis como yo lo he hecho. Como el Padre me amó yo también os he amado; permaneced en mi amor. Éste es mi precepto: Que os améis unos a otros como yo os he amado".

San Juan Evangelista,que en la última cena ocupó un lugar inmediato a Jesús, que reclinó la cabeza sobre el pecho del Maestro y sintió los latidos de su corazón, fue sellado profundamente por la experiencia de esa hora inefable en la historia de la salvación. Lo que allí sintió, lo que el mismo vivió experimentalmente, lo condensó más tarde en esta sublime expresión: DIOS ES AMOR (Jn, 4,8).

Resultaría, pues, inagotable toda consideración respecto al oscuro tesoro eucarístico que late en este Sacramento vivo en el que vibra la misma humanidad de Dios.

Pues bien. Es cierto que la festividad del Santísimo Corpus Christi,o sea, la organización de la función eucarística y la procesión con el Cuerpo del Señor, es de la competencia del Arciprestazgo de la Ciudad, con la participación, en ambos casos, de sacerdotes, tanto diocesanos, como religiosos y castrenses,como ministros del Señor, residentes en la localidad.

Pero en parte también es cierto que necesita de la eficaz colaboración, en primer lugar, de las hermandades Sacramentales, a tenor de sus fines específicos -que fueran el motor de cuantos actos se organizaran- junto con el organismo cofrade, hermandades de Penitencia y de Gloria, asociaciones y movimientos de la Iglesia, autoridades, corporaciones, entidades... con el propósito de que tan importante celebración religiosa no quedara sólo en los dos actos centrales ya señalados: la función eucarística y la procesión, si bien es necesario que se cuidaran al máximo todos los detalles para que resultaran lo más solemne, puesto que debemos de presentar al pueblo el misterio eucarístico con el mayor fervor y belleza, que son claves del misterio y llamada a lo trascendente. La eucaristía es el eentro de donde brota toda la vida de la Iglesia.

La colaboración de que hablamos, podría o debería traducirse en la organización de diversos actos religiosos y culturales, durante la semana anterior de la festividad propiamente dicha, que sirvieran a modo de preparación para vivir la gran jornada del Corpus Christi. En este sentido señalamos algunos ejemplos:

-Una jornada de adoración al Santisímo Sacramento en un Templo del Centro de la ciudad, pero teniendo una adecuada organización, solemnidad y difusión, a fin de que llegara a conocimiento de todo el Pueblo de Dios.

-Una Solemne Exaltación de la Santísima Eucaristía, con la asistencia de todas las hermandades, asociaciones y movimientos de la Iglesia y Pueblo de Dios.

-Este acto, por su indudable importancia, debería estar a cargo de la persona que reuniese las cualidades necesarias, de tal manera que por medio de su palabra hiciera llegar a los asistentes la grandiosidad del misterio de la Eucaristía: TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES MI CUERPO.

-Un concierto de música sacra.

-Un concurso de escaparates con motivos eucarísticos.

-Un concurso de montajes de altares por el itinerario de la procesión.

-Exorno de cierros y balcones

-Edición de un buen cartel, digno de lo que se anuncia. Pero debería de publicarse con la adecuada anticipación y distribución no sólo en la ciuad, sino por todas las de nuestro entorno.

-Edición de un tríptico que recogiese cuantos actos tuvieran lugar y su adecuada difusión.

Todo ello y mucho más, que no podemos señalar por falta de espacio,encaminado a tratar de recuperar la gran solemnidad de tan importante festividad y revitalizar el culto eucarístico, que conforta el alma y alienta el espíritu del creyente.

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