Pasear por la zona de La Magdalena puede llegar a ser una misión imposible si no se tiene la vista fija en el suelo. A la altura del recinto ferial existen socavones en el acerado, en algunos casos llegando a faltar grandes cantidades de adoquines. A estos huecos se le unen las irregularidades del terreno que han creado diversos montículos repartidos de forma casi uniforme por toda la zona.

A la falta de mantenimiento de la zona, se une otro gran problema como es el comportamiento de algunos de los que utilizan el espacio. Botellas de plástico y cristales se acumulan en el suelo, incluso en algunos casos se ha utilizado la falta de adoquines como papeleras improvisadas.

Pero, no solo son visibles los estragos del botellón. En las zonas verdes se puede contar una gran cantidad de desechos de perros de aquellos dueños que prefieren no utilizar el pipicán que se encuentra junto a la piscina municipal y que tampoco recoge lo que su mascota hace. Unidos a los que prueban su puntería contra las farolas de la zona. Todo un despropósito que impide a la zona lucir de la forma que podría. Este lugar en el que se podría pasear de forma agradable con vistas al puente Zuazo y los pueblos que se encuentran al otro lado del caño resulta menos placentero.

A estos problemas se suma el deterioro de la balaustrada que colinda con el caño. El material metálico de la mayor parte de la balaustrada ha desaparecido o se encuentra muy deteriorado. Se puede contar con los dedos de las manos aquellas que siguen, en mejor o peor estado, con el motivo central, una rosa de los vientos, un motivo marinero más que acertado en un área azotada por el levante.

El paseo de La Magdalena parece un lugar maldito. Durante su construcción ya hubo problemas para finalizar el trabajo. Primero porque contaba con una empresa arenera que se encargaba de su explotación. Una vez acabado el contrato con dicha empresa fue Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente el que transfirió por equivocación los terrenos a la Empresa Pública de Puertos de Andalucía (EPPA). Un error que descubrió el Ayuntamiento al insistir a Costas en la terminación del referido paseo.

Con todo, los problemas podrían tener una solución, al menos aquellos relacionados con el estado del acerado y mantenimiento de la zona, porque los relacionados con los comportamientos incívicos van aparte. Todo el borde este de San Fernando, que coinciden con esta zona, se encuentra incluido en los planes que el Ayuntamiento elaboró para optar a los fondos europeos DUSI -Desarrollo Urbano Sostenible Integrado-. De ellos el tope máximo al que el Ayuntamiento puede optar es de 15 millones de euros, a los que el Consistorio local sumaría 3,7 millones más para una decena de actuaciones previstas, destinadas a la mejora de la zona y al desarrollo de las nuevas tecnologías para favorecer la administración electrónica local.

La Magdalena es uno de los puntos clave del plan, que busca una regeneración y transformación de la superficie para convertirla en un espacio verde en el que el paseo marítimo se conecte con el Parque Natural y la también propuesta del Parque del Este -coincidente con trazado paralelo de la Ronda del Estero, entre el Zaporito y el puerto de Gallineras- convirtiéndolo en el lugar de partida hacia el Parque Natural.

Además, en el proyecto de La Magdalena se incluye la adecuación de las instalaciones para la práctica de deportes náuticos en el caño. Otra propuesta que se ha puesto sobre la mesa estos años es construir un auditorio y del espacio denominado Espacio Joven.

Estas actuaciones tendrían una ejecución de tres años, a partir del momento en que se confirme la concesión de los fondos. En este caso se necesitan 4,4 millones de los DUSI que el Ayuntamiento espera conseguir próximamente. Un proyecto que además de permitir la creación de puestos de trabajo para su consecución va encaminado a que San Fernando explote el entorno único en el que se ubica como motor del turismo en la localidad haciendo del Parque Natural un nuevo motor generador de oportunidades.