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San Fernando

El tranvía aborda sus asignaturas pendientes para arrancar en 2017

  • La reunión entre la Junta y Fomento y la creación de un grupo de trabajo supone un avance para garantizar su viabilidad y hacer uso de la vía férrea

La definitiva puesta en marcha de tren-tranvía en marzo de 2017 -que es la última fecha que se baraja- depende todavía de dos cuestiones fundamentales: la autorización de Adif para hacer uso de la vía férrea en el tramo comprendido entre Cádiz y San Fernando y la construcción de la subestación eléctrica que desde hace casi tres años está prevista en los terrenos de Janer, junto al nudo de La Ardila.

Solventar la primera de estas cuestiones sigue siendo uno de los principales obstáculos que el proyecto del tranvía tiene en su camino, una cuestión que ha puesto incluso en tela de juicio esta inversión millonaria de la Junta de Andalucía que tanto ha dado que hablar en los últimos años. No hay más que recordar las declaraciones que en enero de 2014 realizaron los ex alcaldes de San Fernando y Chiclana, ambos del PP, al advertir tras una reunión con responsables del Ministerio de Fomento que Adif no había dado todavía luz verde para la utilización de la vía del tren y que Renfe, por otro lado, descartaba por completo convertirse en el futuro operador de este medio de transporte metropolitano, como por otro lado la Junta había barajado desde el primer momento en el proyecto.

Aquella polémica no hizo sino poner en evidencia uno de los principales puntos débiles del proyecto del tren-tranvía y ahondar en la distancia que separaba a ambas administraciones -Junta y Ministerio- en lo tocante a una actuación que desde sus primeros momentos había estado envuelta en dudas. La Consejería de Fomento se defendió entonces al recordar que el proyecto había tenido el visto bueno del gobierno central en sus primeros momentos y que incluso, entre 2006 y 2011, una comisión técnica mixta, integrada por ambas administraciones, había estado trabajando y reuniéndose periódicamente para garantizar la viabilidad del tren-tranvía. Con Adif, se dijo entonces, se había consensuado incluso un borrador de protocolo que Fomento, por su parte, negó haber recibido.

En marzo de este año, poco antes de las elecciones municipales, trascendió también otro hecho que ahondó en esta falta de entendimiento entre una y otra administración al negar Adif la autorización necesaria para que la unidad del tren-tranvía se desplazara desde Sevilla hasta San Fernando para realizar las segundas pruebas que estaban previstas alegando motivos de seguridad. Era, sin embargo, la misma operación que apenas unos meses antes -en noviembre de 2014- se había llevado a cabo sin ningún inconveniente.

El pasado jueves, no obstante, la Junta de Andalucía anunció la inminente creación de un grupo de trabajo integrado por ambas administraciones que tendrá por objeto avanzar en estas cuestiones pendientes para permitir que el tranvía utilice la vía férrea entre Cádiz y La Isla y que Renfe sea el futuro operador de este medio de transporte. Fue el resultado de un encuentro que mantuvo el nuevo consejero de Fomento, Felipe López, con la ministra del ramo, Ana Pastor. Se trata -insistían ayer fuentes de la Agencia de Obra Pública de Andalucía- de dar un impulso a las relaciones entre ambas administraciones para resolver estas asignaturas pendientes que todavía tiene el tranvía, que necesita de la implicación de Adif y Renfe para garantizar su viabilidad porque son los más idóneos para asumir su explotación comercial y mantenimiento. Eso sí, recordaban, la Junta se va a hacer cargo del cien por cien de la obra y de su financiación.

Sin fecha, no obstante, sigue la realización de las segundas pruebas del tranvía que se iban a llevar a cabo en el pasado mes de abril. La unidad utilizada en estos ensayos ha sido además trasladada de nuevo a Irún, en el norte de España, para continuar con las pruebas de homologación del prototipo.

Otra de las cuestiones pendientes que tiene el tranvía que depende de Madrid es la autorización para terminar las obras a la altura del Río Arillo para formalizar definitivamente la conexión física con la vía férrea desde la parada de La Ardila. Se trata, según la Agencia de Obra Pública, de una obra relativamente sencilla y escasa duración.

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