El Zaporito -según el PSOE- está abocado al fracaso. El modelo de gestión propuesto por el Gobierno municipal, que pasa por vincular la gestión del centro de interpretación del molino de mareas que allí se pretende ubicar a la explotación del quiosco que se asentará en la plaza, es un error castastrófico.

Así lo advierte el concejal Conrado Rodríguez, para quien no resulta lógico que no sea una empresa con experiencia en el sector cultural y en la explotación y puesta en marcha de museos la que se encargue de su gestión, sino un empresario dedicado a la hostelería.

"Sin duda es una gran equivocación, ya que lo único que se va a conseguir es condenar el futuro desarrollo de este lugar", augura el edil de la oposición. "Lo ideal -insiste- sería que al frente del molino de mareas del Zaporito hubiera un equipo de personas con suficiente experiencia en este tipo de emplazamientos y contenidos, que den un plus a las personas que visiten el lugar, que las guíen y expliquen sus contenidos".

A juicio del principal grupo de la oposición, que de la gestión del centro de interpretación del molino de mareas se encargue el mismo empresario que asuma la explotación del quiosco-bar que se ubicará en la plaza aboca directamente al fracaso la iniciativa. "Si es una persona interesada tan solo en hacer dinero en el quiosco la que tiene que abrir y cerrar la instalación, entonces se convertirá en un espacio con las paredes llenas de paneles y de información histórica, pero sin ningún otro atractivo. Lo que se pretende hacer es un disparate", censuró.

Además, critica el PSOE, de la fórmula planteada por el equipo de gobierno se desprende también que considera la gestión de este espacio cultural como una "carga" que deberá soportar la empresa concesionaria del quiosco. "Asimilan la gestión de este espacio a las labores de mantenimiento que desarrollan las personas adjudicatarias de los quioscos del parque del Barrero, Almirante Laulhé y El Cerro", lamentó. Desde la oposición se recordó su propuesta para adecuar en estas instalaciones rehabilitadas por Costas (con una inversión de 1,3 millones de euros) un museo de la sal en pleno Parque Natural.