La rehabilitación del Castillo de San Romualdo ha despertado mucha curiosidad en todo su proceso en La Isla. Poco se sabía realmente de este histórico inmueble, pero sin embargo la imagen que los isleños se habían creado de este edificio ha condicionado las opiniones tras los trabajos hasta ahora realizados. No se refirió abiertamente durante su disertación el director de la obra, José Carlos Sánchez, pero lo dejó entrever especialmente en algunas de las explicaciones sobre la previa y la intervención, y sobre el trabajo realizado en otros proyectos: el estado del elemento en cuestión obliga a actuar de una manera determinada, la más adecuada a las circunstancias. También ha pasado esto en el Castillo. En pie, a pesar de todo.

"A veces hay edificios que se sostienen porque no quieren caer". No por su buen estado, no por su correcta ejecución inicial. En San Romualdo, una de las patologías observadas preocupaba sobremanera cuando se comenzaron a realizar las primeras visitas sobre las que sustentar un diagnóstico inicial. "Los arcos transversales de la nave norte habían dejado de percibir el peso correctamente, cuando estos son el soporte de la bóveda de cañón. En el lienzo norte, el desplome del muro había fracturado la bóveda", comentó mientras en la plantalla instalada para apoyar su conferencia mostraba fotografías que reflejaban precisamente sus argumentos.

Otra patología, apuntó el arquitecto, era el deterioro de la protección, del forro de los muros tapiales, de tierra. En algunos puntos, se siguió la misma técnica desarrollada en la construcción para proteger el tapial.

Esencial, como ya defendieran los anteriores ponentes de este ciclo de primavera de los Jueves en el Museo, es la investigación previa que se realiza sobre el inmueble: trabajo de historiadores, arqueólogos, documentalistas, restauradores, antropólogos... Pero, además, los hallazgos, las desvelaciones del edificio a medida que se ejecutaba la restauración... aportaban información esencial que ha sido utilizada en el propio proceso. Había espacios y estructuras del inmueble que permitían leer la evolución su evolución a lo largo de la historia.

El resultado de la actuación hecha hasta el momento es el resultado de fusionar en el edificio etapas distintas. "Es la manera de dar significado al nuevo uso", señaló el conferenciante. "No hay una imagen concreta de cómo fue. La que había era una imagen idealizada de un castillo que nunca existió", dejó claro. El arquitectó reconoció la labor municipal desempeñada desde hace más de una década, "un esfuerzo constante que es poco habitual en una administración".

San Romualdo, de cualquier manera, ha recuperado su alma, comunica al visitante desde su singularidad y la configuración geométrica de su espacio.