Eterno litigio sobre las aguas

La polémica sobre los Lugares de Importancia Comunitaria agrava la disputa en las cercanías de Gibraltar, donde el control británico es efectivo pero España no lo acepta

Vista del Peñón, desde la zona de Punta Europa.
Vista del Peñón, desde la zona de Punta Europa.
Eva Reyes / Gibraltar

29 de noviembre 2009 - 05:01

El año 2009, a punto de finalizar, ha estado marcado en lo que a las relaciones entre Gibraltar y España se refiere por una visita histórica, la que el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, efectuó en julio al Peñón con motivo de la tercera cumbre del Foro de Diálogo, y por el litigio sobre las aguas próximas a la colonia, una disputa que siempre ha estado ahí pero que en los últimos meses se ha recrudecido.

Y es que aunque tanto la Armada británica como la Policía gibraltareña campan en ellas a sus anchas al considerarlas suyas, el Gobierno español no reconoce ese control basándose en el Tratado de Utrecht de 1713, que sólo cedió a Londres las aguas interiores del puerto.

La intensificación de la disputa tiene su origen en la designación a principios de año por parte de la Unión Europea y a instancias de España del Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) Estrecho Oriental, que da al Gobierno español el control medioambiental sobre algo más de 23.000 hectáreas de mar. Esta superficie incluye a su vez más de 5.000 hectáreas previamente recogidas en un LIC del Reino Unido cuyo nombre es Southern Waters of Gibraltar.

Desde entonces, la polémica está servida. Gibraltar y el Reino Unido ya han iniciado acciones legales para intentar revertir la decisión de la UE de incluir en Estrecho Oriental esas 5.486 hectáreas, aunque todo hace indicar que este LIC volverá a aparecer en los mismos términos en el próximo listado.

Por otro lado, en los últimos meses se han vivido numerosos episodios en los que patrulleras de la Guardia Civil han visto dificultado su trabajo por la Armada británica, que habla de "incursiones" del Instituto Armado "en las aguas territoriales de Gibraltar". En todos los casos, España ha defendido que la Benemérita lleva años entrando y saliendo de las aguas en litigio y que así lo seguirá haciendo para realizar tareas de vigilancia o persecución de delitos, ya que sólo reconoce como británicos los espacios cedidos en Utrecht. Esta es de hecho la respuesta oficial que el Gobierno inglés ha recibido del español después de la queja que Londres presentó en septiembre solicitando que no hubiera "más incursiones".

El último incidente se registró el pasado 17 de noviembre cuando oficiales de la Armada británica utilizaron supuestamente una boya con una bandera española para hacer prácticas de tiro. Finalmente, según el PSOE, se trataba de un banderín de la OTAN que no obstante coincide con los colores de la enseña nacional. Además, antes de conocerse este dato, el Gobierno español pidió explicaciones y convocó al embajador inglés, Giles Paxman, que se disculpó y habló incluso de "falta de sensibilidad".

Tampoco hay que olvidar que cuando la princesa Ana de Inglaterra visitó el Peñón en marzo, su programa de actos incluía un trayecto a bordo del Scimitar desde los cuarteles de las Fuerzas Británicas en Gibraltar hasta Marina Bay. El viaje no se hizo a causa del temporal, pero el Ministerio de Defensa (MoD) recordaba sólo unos días antes de la visita de la princesa que el Escuadrón de Gibraltar, al que pertenece el Scimitar, tiene la misión de "llevar a cabo operaciones marítimas con el fin de evitar amenazas a la seguridad y mantener la integridad de las aguas territoriales británicas de Gibraltar, así como contribuir a la defensa y la seguridad del Peñón y sus puertos de mar y aire".

stats