La cosa, no hay duda, está que arde y no da para dispendios. Tanto es así que parece que la Subdelegación del Gobierno se ha visto obligada a recurrir a, digamos, métodos caseros para solventar los graves problemas de inseguridad que padece el depósito oficial de droga en una provincia, la de Cádiz, en la que se requisa casi la mitad de todos los estupefacientes que se aprehenden cada año en España. Cuando ya ha transcurrido mas de un mes desde que el almacén oficial, habilitado en la cochera del Parque Móvil Ministerial, a poco mas de cien metros de la Comisaría de Policía, fue objeto del robo de 300 kilos de cocaína y 100 de hachís, pocas cosas han cambiado en apariencia.

Por todo conjunto, según ha podido saber este diario, la Subdelegación del Gobierno, responsable del denominado búnker, ha dispuesto que un zeta de la Policía Nacional permanezca de guardia permanente en el depósito. Dentro, según fuentes de toda solvencia consultadas, todavía no han concluido los trabajos para reparar los desperfectos que causaron los asaltantes, que forzaron una puerta y practicaron un agujero en la pared de mera mampostería del búnker de la droga. Lo más increíble de todo es que no se han adoptado medidas de fuste para evitar posibles nuevos asaltos a través del atajo que los ladrones emplearon, accediendo por el patio trasero del edificio colindante. Únicamente se ha colocado un palo de fregona para atrancar desde dentro la ventana corredera por la que supuestamente lograron acceder loa asaltantes, tal como puede comprobarse en las imágenes que ilustran esta información. Y eso a pesar de que en el denominado búnker aún sigue habiendo almacenada una ingente cantidad de droga.

Cuestionados ayer por este diario por el asunto, desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP) confirmaron la presencia permanente en las instalaciones de un coche patrulla de la Comisaría desde el mismo instante en que se descubrió el robo, previsiblemente casi dos días después de haberse producido.

El presidente provincial del SUP, Francisco Camacho, a este respecto, adelantó que en los próximos días inquirirá al comisario provincial sobre este asunto. Y es que desde el sindicato critican con dureza la medida adoptada al denunciar que "merma gravemente" la seguridad de Cádiz. Porque, explica Camacho, por norma habitual son normalmente tres o cuatro coches de la Comisaría los que se encargan de la seguridad ciudadana en la ciudad, y es uno de estos zetas el que ahora tiene encomendado este servicio extra. "Queremos saber a quién corresponde efectivamente vigilar aquello. Si se tiene que hacer cargo la Policía, una tarea que hasta ahora no tenía encomendada, o se va a encargar la custodia a un vigilante", detalló el portavoz del sindicato policial.

Tras descubrirse el robo, el SUP desveló que hacía un año que había denunciado las graves carencias de seguridad que padecía el depósito, precisamente a raíz de registrarse otro robo de droga en Málaga, sin que el Gobierno adoptase medida alguna. El sindicato teme además que acaben siendo expedientados los policías que estaban de guardia ese fin de semana en Comisaría, por no haberse percatado del robo a través del monitor existente en la entrada de las instalaciones a donde llegan las imágenes de las cámaras de vigilancia desplegadas en el búnker. "Es imposible que un policía que tiene que atender las llegadas y salidas a la Comisaría pueda estar permanentemente mirando un monitor, máxime cuando no tiene ese misión encomendada. Las culpables son las administraciones y su tremenda dejadez", denuncia Camacho.