Cultura

Cita con el futuro de la ilustración

  • Esther Sanz habló a alumnos de la Escuela de Arte de la salida profesional por la que ha optado

El Baluarte de la Candelaria, hervidero de libros y letras en las tardes, y solitario punto de encuentro con niños y jóvenes en las mañanas, acogía ayer a la ilustradora Esther Sanz. Los alumnos de 1º de bachillerato de la Escuela de Arte acudieron a esta cita con una de sus posibles y futuras salidas profesionales, de la mano de la ilustradora.

Algunos de los trabajos realizados por la autora sirvieron para mostrar el día a día su trabajo, con las editoriales, representantes o su público. En el otro bando, bajo la tarima de la sala 1, aguardaban muy calladitos los estudiantes.

Calladitos, pero observadores. Por sus manos pasaban los distintos formatos con los que esta autora especializada en Gráfica Publicitaria ha dado riendas sueltas a su imaginación. Aunque no tan sueltas, puntualizaba. "Son las editoriales las que marcan las pautas y te lo indican en el briefing. Éste es el punto de partida de cada uno de los encargos que emprende, en los que si bien intenta mantenerse fiel a su estilo, se ajusta a los registros exigidos. Registros que ha insertado en sus ilustraciones para libros de fantasía, juegos de mesa, libros de rol, pasando por portadas de publicaciones o incluso su primer libro en solitario, Sacrum, publicado hace escasamente un mes por Norma Editorial.

Un camino que a sus 28 años de edad se ha ido fraguando poco a poco, en medio de una selva donde triunfa la ley del más fuerte. "Esto es arte y sobrevivir a costa del arte requiere hacerte un nombre, igual que pasa con la pintura o la música o la poesía". De momento se va abriendo paso en el mercado internacional, más que en el nacional. "Funciona mucho mejor, la cultura es distinta y el volumen de ventas supera al de España".

Darse a conocer es posible gracias a Internet y unas pautas de promoción muy claras. "Tienes que ser concreta, venderte de forma directa, mostrando lo mejor que haces y en pocas líneas", aconsejaba a los alumnos de la Escuela de Arte, respondiendo a las preguntas de los profesores. Entre ellos, el de Historia del Arte, José López, que si bien decía que la mayoría de los alumnos buscan un futuro profesional como el que experimenta Esther, "les cuesta implicarse en este tipo de actos".

Aparte de difundir su trabajo en la web, envía su portafolios a las empresas editoriales, aunque también dispone de un agente, "que vende lo que hago".

También habló la ilustradora de las complicaciones que surgen en trabajos comunes, "en los que tienes que acordar una línea de trabajo con otros ilustradores, por ejemplo", o de los derechos de autor, totalmente cedidos a la editorial. "Te hacen un contrato por el que les cedes los derechos a cambio de un porcentaje". Una provechosa cita que, a juzgar por el aplauso final, conquistó a su tímido público.

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