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Cultura

Tiempo de lectura

  • Novelas, álbumes ilustrados, desplegables. Vampiros, detectives, hadas, animales. Las librerías gaditanas se llenan de propuestas para leer y crecer

Siempre es tiempo de lectura. Siempre hay tiempo para leer. Pero existe una etapa en la vida en la que los libros no son compañeros de viaje, eso será después. Una etapa anterior donde el libro es algo más que diversión, obligación (lamentablemente) o adicción. Hay una etapa anterior. La primera etapa. Donde el libro es alimento de la imaginación. La infancia sana, la que ayuda a crecer, se alimenta de fruta, verdura, pescado y, cómo no, de libros. Con páginas tan nutritivas que ensanchan el espíritu tornándolo fuerte, aventurero, creativo. El libro como exoesqueleto que deja el hueco necesario para que, en un futuro, las cabezas rebosen ideas, sueños, aspiraciones. Hoy es tiempo de lectura. Siempre es tiempo de lectura.

Así que, ¿por qué no salir en busca de ese motor de crecimiento? Huimos de las grandes superficies y nos centramos en tres agradables establecimientos donde recibimos un trato más personalizado. Qüentum, Jaime y Las Libreras, tres librerías en las que, prácticamente, coinciden las recomendaciones.

Los chiquicuentos, los álbumes ilustrados, los libros de pictogramas y de letra cursiva son los ideales para las primeras lecturas. Por ejemplo, ¿Quién soy?, de Zorro Rojo, es un original álbum que ofrece a los más pequeños la posibilidad de descubrir a los animales escondidos en la oscuridad. O el chiquicuento de Bruño, El cascabel Salvador, o los libros Un concierto para la nube Olga, de Primeras Páginas de la editorial Almadraba o ¿Quién soy?, pero esta vez de la editorial Edelvives. Todos tienen en común la vistosidad de sus ilustraciones, una letra bien grande o casi convertida en dibujos y temáticas relacionadas con el autodescubrimiento y el descubrimiento del mundo. También es posible encontrar obras donde se busca la interacción con los más pequeños -aquí se enmarcan títulos como ¡A garabatear!, de Aleph Editores-; clásicos de toda la vida como Pinocho, Hansel y Gretel y Caperucita, que podemos encontrar en los cuentos de bolsillo de ediciones Laberinto; y obras para compartir, para que el adulto las lea a los pequeños, como Cuentos para niños que se duermen enseguida (Kalandraka).

La variedad reina cada vez más en el mundo de los álbumes ilustrados. Así se realizan desde obras para que los niños trasteen y jueguen hasta verdaderas joyas ilustradas que bien pueden ser un hermoso regalo para un adolescente o incluso para un adulto lector. La ola o Sombras, de Bárbara Fiore y Suzy Lee; Cyrano, de Edelvives, narrado por Taï-Marc Le Thanh e ilustrado por Rébecca Dautremer; Oda a una estrella, con el laureado texto de Pablo Neruda ilustrado por Elena Odriozola (Libros del Zorro Rojo) o Miguel Hernández pastor de sueños, de José Luis Ferris (Anaya).

Sigamos hacia delante. Atendamos ahora al niño ya amamantado con estas obras. El niño que, más que juntar letras, busca ya un significado, una historia. El niño que está listo para emprender pequeños viajes a través de la lectura. Para ellos, especialmente, han sido creados diferentes personajes que cuentan con sus propias series de libros. En este lote entran obras como la serie de Bat Pat, de Roberto Pavanello (Montena); la colección, del autor británico Andy Stanton sobre su personaje el señor Pringoso (SM); y la del roedor Geronimo Stilton (Destino), creado por la italiana Elisabetta Dami. Eso sí, la última obra de esta colección, que se editó recientemente, va dirigida a lectores un poco más mayores (a partir de 10 años) con el título El reino perdido. Otras propuestas son Pablo diablo anda suelto (SM), las correrías de Kika (Bruño), además de las nuevas historias de personajes como Morris, Pupi o la hormiga Miga (Barco de Vapor).

Atravesando ya la primera década de su vida, el niño que se va convirtiendo en jovencito puede llegar a ser un devorador nato de series literarias. Así, según gustos, su ansia lectora puede ser aplacada con las desternillantes aventuras del Diario de Greg, de Jeff Kiney, (ediciones Molino), el misterio con la serie de Ulysses Moore (Montena) escrita por Pierdomenico Baccalario, de la que se acaba de publicar su novena entrega El laberinto de sombras; las aventuras que el sueco Henning Mankell ha creado con Siruela como El niño que dormía con nieve en la cama; los diarios de Carlota de Gemma Lienas (Destino); los libros de la serie, ya concluida, de Harry Potter, de J.K. Rowling, que siguen arrasando en ventas; Reckless, lo nuevo de otra reina de la literatura juvenil, Cornelia Funke (autora de la trilogía Mundo de Tinta); las Memorias de Idhún, que ahora salen en bolsillo de la mano de SM, de nuestra Laura Gallego; clásicos que nunca pasan de moda como El señor de los anillos, de Tolkien, y Las crónicas de Narnia, de C. S. Lewis ; o novedades recién salidas de sus editoriales: una nueva saga de aventuras fantásticas escrita por N. D. Wilson, cuyo primer título es 100 puertas, e Invisible, el libro que inicia Proyecto Amanda, una colección de misterio e intriga psicológica interactiva creada por Melissa Kantor para SM.

Además de las series, casi siempre más exitosas, en las librerías se pueden encontrar otras propuestas igual de estimulantes como La alargada sombra del amor (Mondadori), de Mathias Malzieu (autor de La mecánica del corazón); El río robado, de Montserrat del Amo, y Mientras el mundo duerme, de Patxi Zubizarreta (ambas de la colección Gran Angular de SM) o Historia de un segundo (Premio Barco de Vapor), de Jordi Sierra i Fabra .

Junto a ellas, los libreros señalan, quizás con algo más de reparo, libros basados en ofertas televisivas como Código Lyoko y Gormiti (S.L. Medialive Content), Patito Feo (Planeta), Bob Esponja (Everest), Juan y Tolola (Serres) y en las diferentes Princesas Disney.

Un apartado especial se merecen los seres inmortales en todas sus variantes que han llegado de sus mundos oscuros para conquistar el corazón y los bolsillos de los jóvenes. (Si Bram Stoker levantara la cabeza...) Además del fenómeno Crepúsculo de Stephenie Meyer, que se sigue vendiendo en multitud de formatos, incluido el de novela gráfica, tenemos a Alyson Noë que con Espejismos (Montena) continúa con el camino iniciado en Eternidad; El tributo (Alfaguara juvenil), de Holly Black; la trilogía Halo (Roca Editorial), de Alexandra Adornetto; El ángel del caos, que completa La profecía de las hermanas (Anaya), de Michelle Zink; o Mi profe es un vampiro (Mcmillan juvenil), escrito por Lewis Harris e ilustrado por Eva Vázquez. También encontramos alguna pieza interesantísima como la antología Los mejores relatos de terror llevados al cine (Alfaguara).

Y tantos otros que no caben en estas páginas. Por eso entren. No teman. Entren con sus hijos en las librerías, en las bibliotecas. Aliméntenlos, que su imaginación no muera de hambre.

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