Ángel Mendoza. Poeta

"La poesía es una forma de entender determinadas cosas de nuestra vida"

  • El escritor presenta esta tarde en Cádiz Pájaros negros (Ediciones de la Isla de Siltolá), un libro que nace recién cumplidos los cuarenta, una edad "en la que compruebas que hay cosas que terminan"

Ángel Mendoza (El Puerto, 1969) presenta a las ocho de la tarde en la Asociación de la Prensa de Cádiz Pájaro negro (Ediciones de la Isla de Siltolá), su cuarto libro de poemas, un trabajo que prosigue su idilio con el verso expuesto ya en Pequeñas posesiones, Cercanías y Horario de Invierno, dentro de una obra que también incluye literatura infantil (Fiesta de Canciones) y la colección de relatos Huellas de Elefante.

El volumen se alzó con el Premio Ecoem, galardón dotado con 6.000 euros, merced al fallo de un jurado compuesto por Julio Martínez Mesanza, Felipe Benítez Reyes, Abel Feu, Juan Bonilla y Javier Sánchez Menéndez.

-Titula el libro en referencia al color de las alas con las que, en todo caso, vuela la vida, y dice que ésta nunca durará "lo que duran los sueños". Nos situamos ante su creación más pesimista.

-Sí, es cierto. Este volumen parte de una dura experiencia: la pérdida de la memoria que sufre mi padre. Para mí la poesía tiene mucho de forma de entender determinadas cosas de la vida y, en este caso, el ver cerca su final me lleva a emplear la palabra como arma defensiva. Así fue como, inmerso en las terribles noches de hospital, empecé a escribir poemas un poco oscuros. El pájaro negro es la metáfora de la muerte. Acabo de cumplir 40 años, una edad en la que compruebas que hay cosas que terminan. Estas circunstancias te ayudan a valorar nuestra existencia y también a relativizarlo todo.

-El primer poema, "Conciencia", resulta esclarecedor sobre el devenir de este trabajo. Al contrario que el perro, la ola o la muerte, sabemos de nuestra finitud.

-Cuando, en mi condición de profesor, les explico a los niños la diferencia entre los seres inertes y los vivos les digo que, de entre éstos, el hombre es el único consciente de que algún día perecerá, lo cual le hace desgraciado.

-¿La vida es como montar en bicicleta, se intenta "aprender la imposible lección del equilibrio"?

-En la composición "El equilibrio" sobrepongo dos planos temporales: una bicicleta que poseyó mi padre y otra que tuve de niño. Vivimos en una sociedad que se desorienta con frecuencia. La crisis económica que padecemos va a consttiuir una lección social pues nos apercibimos de nuestra vulnerabilidad y pobreza mental. Ojalá la coyuntura financiera que sufrimos sirva para que despunten personas con iniciativas descabelladamente necesarias.

-En torno al cierre de "Recuerdos de la casa del viejo poeta": el único poema...¿es una canción imposible?

-El único poema constituye una aspiración. La composición a la que se refiere supone un homenaje a José Luis Tejada, un docente afectuoso, de paciencia infinita. Para este tipo de vocaciones resulta importante la presencia de maestros de esa estatura moral. Personalmente me siento contento con lo que he hecho hasta ahora, pese a que, con el tiempo, las relecturas te dicen que unas creaciones te gustan más que otras. Ser muy exigente con lo que uno publica te permite mostrar algo más maduro, aunque pierdes la posibilidad de editar lo que tal vez para otras personas sería interesante.

-En su producción hay cuatro libros de poesía o una colección de relatos. A los novelistas nunca les preguntan cuándo pergeñarán versos pero a los vates les inquieren mil veces sobre el momento en que emprenderán una extensa composición narrativa.

-(Sonríe). La poesía es el género en el que yo creo que digo lo que tengo que decir, el género en el que me siento como en mi casa, de modo que, cuando abordo uno distinto, es como si residiera en el hogar de otra gente. Quizá algún día escriba una novela, labor que requiere una disciplina de la que ahora carezco. Lo cierto es que la poesía, ese "habla memorable", en definición de Auden, es la que nos busca a nosotros, más que nosotros a ella.

-Presenta el libro en Cádiz, pero no lo ha hecho aún en El Puerto de Santa María, su ciudad natal y lugar de residencia.

-Creo que El Puerto padece una cierta mediocridad cultural, quizá fruto de ese derrotismo que parece consustancial al portuense.

-Una pregunta adaptada a los tiempos: el "e-book" ¿es buena música para el compás de la poesía?

-Cualquier formato puede ser bueno para la lírica, pero creo más en el libro como soporte y quiero que no se pierda lo que convencionalmente consideramos poesía. En dicho capítulo, me gustaría felicitar a Abel Feu por la imagen de este libro y al editor, Javier Sánchez, por lanzarse a un proyecto que me parece insensato en la buena acepción del término. Publicar poesía hoy sin apoyo institucional supone un mérito digno de mención: ojalá no se desapasione nunca. Tampoco quiero olvidar a Juan José Téllez, mi presentador de hoy, un gran periodista, destacado poeta y, por encima de todo, excelente persona, un loco necesario, generoso con todo el mundo. Por otra parte, la composición del jurado que me otorgó el premio me ilusiona mucho: a él pertenece Felipe Benítez Reyes, que presentara mi primer libro, Pequeñas posesiones, hace ya diez años.

-¿Cómo será su próximo volumen?

-Cuando publico un libro pienso inmediatamente que ya no tengo nada que redactar, pero supongo que seguiré escribiendo poemas. La verdad es que me gustaría reunir mis diez años de versos. De hecho, ando estos días ordenando el material para dar a luz una selección.

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