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Valero Cortadura. Escritor

"Es una novela rota de la Guerra Civil construida a trozos sueltos"

  • Valero Cortadura reconstruye para Diputación una ficción basada en su familia en el Cádiz sublevado Remite a Cortázar y Bolaño.

Una novela rota sobre la Guerra Civil. Aunque el conflicto esté más bien -señala el autor de Y sin embargo vencidos- como escenario. El concepto de novela rota remite a Rayuela, y también a Quiñones -a quien se debe mucho del registro del habla popular y el estilo cómplice del libro- pero, sobre todo, a Los detectives salvajes de Bolaño, con una estructura narrativa que se inspira en la del argentino -invirtiendo el orden: collage de estilos y voces, al principio; diario del personaje, después.

"Y novela rota -explica Valero Cortadura- porque se ha ido construyendo a partir de elementos sueltos que tenía, que he ido rellenando buscando datos históricos o con fantasía". Pepín, el protagonista -un joven de buena familia que se apunta a los japistas en los años de la II República y que tarda dos días en terminar horrorizado ante la realidad de la guerra- era abuelo del escritor. Y su padre, don Pepito, el médico benefactor de los pobres que aparece en la novela, su bisabuelo: "Que era muy conocido en Cádiz porque actuaba, según cuento, pasando consulta gratis y pagando medicamentos a quien no podía -continúa-. De hecho, hay una calle, la calle doctor Rodríguez López, con su nombre. Este don Pepito tenía también un origen humildísimo. Comenzó como mancebo en la farmacia del Mentidero y estudió por las noches para sacarse el título de Medicina. Por eso, en plan guasa, comenzaron a llamarlo don Pepito".

La obra comenzó a gestarse hace tres años, cuando hubo que vaciar la casa familiar a raíz de la muerte de la abuela, en diciembre de 2012. Allí encontraron una caja con los escritos del abuelo cuando estuvo convaleciente en el hospital durante la guerra. Una serie de misivas que comienzan el 25 de diciembre de 1937. Ahí informa a su familia de que ha sido herido. "Como casi todos los de su generación habían muerto ya, apenas si había un par de anécdotas familiares sobre el abuelo en la guerra -prosigue-. Me parecía increíble que, después de dos años de conflicto, sólo quedaran un par de anécdotas. Así que fui juntando pedazos, investigando, encontrando documentos como la ficha del Archivo General Militar de Ávila o registros en la Biblioteca Municipal del archivo de la Asociación de Alféreces Provisionales, con apuntes de su puño y letra".

"Ha sido una especie de ejercicio de psicomagia, dando voces perdidas y cerrando historias que creo habían quedado abiertas. He tenido también muy presente un libro de Jodorowsky, precisamente, Donde mejor canta un pájaro, que a su vez toma un verso de Cocteau que dice que donde mejor canta un pájaro es en su árbol genealógico".

Y sin embargo vencidos recorre dos cuerdas de reflexión. Por un lado, lo cerca que duerme, bajo la piel, la bestia. Por otro, es también -quizá sobre todo- una novela sobre el arrepentimiento, el remordimiento del vencedor: "Aunque eso es sobre todo licencia por mi parte, quiero pensar que sí, que ese abuelo al que todos dicen que me parezco y que nació el mismo día que yo mostró sensibilidad y cordura -cuenta-. Aunque sí me dicen que un par de años después de la muerte de Franco, todavía cantaba el Cara al sol los 20N... Pero, por ejemplo, cuando terminó la guerra, pudo haber continuado perteneciendo al ejército, y no lo hizo".

A pesar de la situación post crisis económica y de la situación de polarización económica y social, Valero Cortadura no cree posible que hoy día se pudiera llegar al clima de crispación que vivía la sociedad española de la época: "Todavía existe clase media -apunta-. Antes, la clase trabajadora tenía una situación vital de tremenda urgencia. Mientras la mayor parte de la población tenga techo, sofá y tele, pienso que no va a haber gran problema. Eso, a pesar de que vivamos en la sociedad de la imagen, donde prima la mentira, con una realidad virtual en la que todo vale y la violencia es fácil. El protagonista, mientras no la prueba, también cree que la violencia puede solucionar muchas cosas. Me da mucha pena cuando hablo en clase de Literatura (Valero Cortadura es profesor) y los alumnos apenas tienen idea de la Guerra Civil, algo que vivieron sus bisabuelos, que no son tan lejanos, y sí de 300. Hemos de entender que la dialéctica y la política no puede acabar en algo personal".

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